Gramíneas y olivo se combinan para activar las alergias

Hilario L. Muñoz
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Vientos del sur arrastran el polen andaluz lo que ha provocado el inicio de síntomas

Gramíneas y olivo se combinan para activar las alergias

La lluvia de abril y el viento del sur han propiciado un cóctel clásico para que la semana pasada y las próximas haya una reactivación de las alergias en Ciudad Real. Las gramíneas, por un lado, y el polen del olivo, por otro, han creado la combinación para que la provincia se sitúe en niveles altos desde hace días. Así lo expuso el jefe de Alergología del hospital de Ciudad Real y profesor titular de la facultad de Medicina, Francisco Feo Brito. «Las altas concentraciones de las vecinas provincias olivareras, Córdoba y Jaén, con 5.300 granos por metro cúbico de aire, han desplazado a Ciudad Real cantidades reactivas de polen de olivo que han provocado intensos síntomas óculo-nasales, en forma de picor de ojos y nariz, estornudos o secreción nasal». Incluso, en pacientes con síntomas asmáticos asociados, hay tos seca, pitidos en el pecho y moderada dificultad respiratoria.  

El jefe de Alergología recordó que «la polinización no es simultánea en la Península», pero los vientos del sur han provocado «la presencia tan temprana del olivo», lo que llevará a que estos granos permanezcan en el ambiente hasta primeros de junio. «Este aspecto es muy importante, pues cuando el polen alcanza su umbral de reactivación no solo induce los síntomas agudos, sino que provoca una reacción inflamatoria local que aumenta la capacidad de respuesta del paciente alérgico». Esto implica que con el tiempo se necesitará menos presencia de polen para reactivar los síntomas. «Estudios llevados a cabo por nuestro grupo han demostrado que el umbral de gramíneas en Ciudad Real es de 35 granos por metro cúbico en el mes de mayo. Sin embargo, esta cantidad se reduce a 10 granos en el mes de junio, al final de la temporada polínica», dijo Feo. 

Por suerte, hay dos elementos ahora para combatir esos síntomas. Por un lado la mascarilla que «contribuye a disminuir los síntomas de rinitis y asma, debido al efecto de pantalla sobre la nariz y la boca». Por otro lado se encuentra la vacunación, un recurso cada vez más demandado. «Los números de nuestra actividad asistencial alcanzan un total de 11.500 pacientes anuales, de los que 7.000 presentan síntomas respiratorios y 2500 tienen tratamiento específico de su alergia» gracias a la vacuna. Son vacunas no solo frente al polen sino también frente a los insectos como avispas o abejas, con cien personas que previenen síntomas con un pinchazo.