Manuel López Camarena

El Yelmo de Mambrino

Manuel López Camarena


Sumisión total ante Rabat y Barcelona

28/04/2022

Al margen de que es posible que Pedro Sánchez, nuestro flamante presidente del Gobierno, haya aprendido alguna pillería general más de las muchas que trajo al llegar a la presidencia del Gobierno de España, -léase sinvergonzonería y aplíquese, exclusivamente, a su faceta como político- de lo que no me cabe la menor duda es que suman cero, o incluso menos, las buenas artes políticas, ideología al margen, que ha almacenado en estos tiempos en que ocupa el sillón presidencial. Y de todas las carencias que va acumulando en el carcomido baúl de los éxitos, que no en el de los fracasos, las humillaciones y los ninguneos varios, en estos días, en estas semanas próximas a nosotros y a él, creo que sin advertirlo y, lo que es casi peor porque cobran por ello, sin que la centenaria caterva de asesores, consejeros, sopla orejas, sopla gaitas, y demás especímenes que culebrean en y por el mundo de la política, se hayan coscado de ello, se han producido dos de gran significado. Uno, ya apuntado y tratado aquí en su momento, es el dolorosísimo, al menos para buena parte de españoles, a los que no gusta imitar a los pavos haciendo la rueda alrededor de nadie, aunque sea el rey sátrapa de Marruecos, con respecto a los eternos problemas que nos enfrentan; soberanías, fronteras, envíos humanos a España, soberanía de aguas territoriales de canarias, Sahara Occidental. El otro es nuevo, aunque con orígenes y planteamientos de hace años y años. 
Del primero, ya se sabe, Sánchez, al que le da igual por dónde le llegue al golpe, lo tenemos demasiado reciente como para desconocerlo. Sánchez, -servidor lo vio así en la tele-, parecía el encargado de roer las sobras y dejarlas listas para el contenedor marrón de la basura orgánica. (Por supuesto, Argelia nos ha subido el precio del gas por la traición en el contencioso común por el Sáhara y Alá quiera que no vaya la cosa más allá). 
El otro momento en el que nuestro inmerecido presidente ha capitaneado la hueste, y la dignidad, española en el acto, o actos, de sumisión, ha sido el que le han liado sus socios de banda, que ¡vaya banda todos ellos!, por el tema de un supuesto, o cierto, espionaje del CNI -Centro Nacional de Inteligencia- que habría echado andar y seguir, profesionalmente, a, dicen, unos ochenta políticos de corte separatistas, grandes radicales, puigdemoneros, cuadrilleros y compadres de terroristas, etc. , que, siempre andan revolviendo la masa y siempre cortando la mayonesa y creando problemas más serios de lo que se dice y se airea. Pero claro, como Pedrito ya tuvo que tocarles la mandolina y más para la cosa que la mayoría parlamentaria, pues ellos, los radical separatistas, de un lado y otro, han decidido que se arrastre ante ellos, sacarles algo y a cambio de ello mantenerlos un poco más en el poder. 
En ambos casos, en los que no sólo está en juego el prestigio y el honor, cosa que al PSOE parece no importarle nada, los españoles, incluido todo el rojerío andante, hemos sido arrastrados como el mocho de la fregona ante el rey-sátrapa de Marruecos y el núcleo duro separatista catalán. Y este hombre haciendo como que no se entera o, lo que es peor aún, enterándose y tragando a la vez.
A mí, Pedro, no me representabas en ningún caso; servidor, ni blandengue ni traidor.