1.219 represaliados, a la espera de una exhumación

Diego Farto
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El profesor de la UNED Alfonso Villalta investigó sobre la tumba colectiva del cementerio para la que el secretario de Estado de Memoria Democrática anunció una inversión de 275.000 euros

Imagen de la fosa de los fallecidos por la represión tras la Guerra Civil en Ciudad Real. - Foto: Tomás Fernández

La fosa de los fallecidos a causa de la represión tras la Guerra Civil en Ciudad Real está cubierta con pequeñas placas que los familiares han ido depositando a lo largo de los años, los nombres, a veces una fotografía, al lado un breve epitafio, pero en realidad, son solo una parte de los 1.219 hombres y mujeres enterrados entre abril de 1939 y 1949. El dato lo aporta el profesor de Antropología Social de la UNED Alfonso Villalta, integrante del Centro Internacional de Estudios de Memoria y Derechos Humanos de la citada universidad y coautor del libro Todas las fosas de la posguerra en Ciudad Real, editado en 2020 en colaboración con la Diputación de Ciudad Real. La publicación recoge la identidad de todos los que fueron enterrados en las diferentes fosas de la provincia, hasta donde fue posible recuperar los datos.

La fosa de Ciudad Real volvió a la actualidad recientemente cuando el secretario de Estado de Memoria Democrática, Fernando Martínez, anunció que el próximo año se destinarán 275.000 euros para la exhumación de las víctimas.

Villalta explica que el uso de esta fosa comenzó "con un primer fusilamiento a finales de abril de 1939", que según consta en el libro de enterramientos del cementerio, pero poco después se trasladaría a ella los cuerpos de otras personas como el periodista y escritor de Izquierda Repúblicana Arturo Gómez Lobo, asesinado el 8 de abril de 1939, la primera víctima de la represión de posguerra en Ciudad Real. "En la última etapa, a finales de 1949, los enterrados son guerrilleros".

Los investigadores de la UNED Alfonso Villalta y Ángel Luis Ruiz junto a la fosa de Ciudad Real.Los investigadores de la UNED Alfonso Villalta y Ángel Luis Ruiz junto a la fosa de Ciudad Real. - Foto: LT

El profesor subraya que una de las características 'particulares' de Ciudad Real es que durante toda la guerra se mantuvo en la retaguardia republicana, de forma que no hubo lugar a las matanzas y ejecuciones improvisadas que acompañaban la conquista de una población por parte de los vencedores, por lo que los "asesinatos extrajudiciales" fueron una parte muy pequeña del total. La mayor parte de las víctimas de la fosa de Ciudad Real "fueron fusilados por un proceso sumarísimo de urgencia", regido por la Auditoría de Guerra del Ejército de Ocupación, es decir, bajo juridisción militar aunque los procesados fueran civiles. De hecho, Villalta subraya que en ocasiones, como ocurrió con los primeros fusilados la detención, la incoación del expediente, la vista oral, la revisión de la sentencia y la ejecución de la pena se sustanciaba en menos de un mes, "y los defensores, también militares, como mucho se limitaban a pedir la rebaja de la pena en un grado, por clemencia del tribunal", añade.

La segunda causa de muerte, por orden de relevancia fueron las enfermedades contraídas en la prisión, seguidas ya ha mucha distancia por el fallecimiento en enfrentamiento con las fuerzas policiales y las ejecuciones por garrote vil.

Villalta explica que Ciudad Real, por su condición de capital reunió en su cárcel provincial a reclusos de la propia ciudad y de las poblaciones cercanas, pero también a personas de otras localidades, de ahí que en la fosa se encuentren muchos residentes en dichas poblaciones. Incluso, 41 de los enterrados en ella son personas de otras provincias.