El Iriaf registra una gran actividad a pesar de la pandemia

Ana Pobes
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Una de las líneas importantes de trabajo del Instituto Regional de Investigación es la experimentación agraria, donde en 2021 registraron 456 campos de ensayo y 7.736 parcelas

El Iriaf registra una gran actividad a pesar de la pandemia - Foto: LT

A pesar de que el año 2021 estuvo  también marcado por la pandemia causada por el COVID-19, el Instituto Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario (Iriaf), con sede en Tomelloso, ha mantenido su actividad. Así lo asegura el director del instituto, Esteban García, quien señala que «la experiencia adquirida en el primer año de la pandemia y la dedicación de los trabajadores ha permitido que la actividad del instituto no se haya visto mermada, salvo en los casos de actividades formativas y divulgativas presenciales que se han realizado bajo las evidentes premisas y precauciones».

Entre los datos más importantes reflejados en la memoria de 2021, destacan las casi 31.000 dosis refrigeradas para su uso en inseminación artificial de ovino y caprino realizadas en el laboratorio de reproducción animal. Supone la mayor actividad del laboratorio, ya que su procesado es diario en función de las necesidades comunicadas por las asociaciones ganaderas. Asimismo, se ha realizado el análisis de más de 9.600 paternidades de oveja manchega y de cabra serrana negra o castiza en el laboratorio de genética del Centro Regional de Selección y Reproducción Animal (Cersyra), organismo dependiente del Iriaf y ubicado en  Valdepeñas. Además, se han mantenido los 16 bancos de germoplasma vegetal y animal en pro de mantener el patrimonio genético, tanto animal como vegetal de especies autóctonas.

Otra de las líneas importantes de trabajo del Iriaf es la experimentación agraria. Los números que resumen su actividad durante el año pasado son «verdaderamente importantes», con 27 contratos de experimentación con distintas empresas, 456 campos de ensayo y  7.736 parcelas experimentales. En este sentido, el director del Iriaf destaca también el inicio de la colaboración entre el Instituto y la Fundación  Internacional para la Restauración de Ecosistemas (Fire) en la finca La Nava del Conejo, en Valdepeñas. El objetivo de esta colaboración «es demostrar cómo con un plan de gestión adecuado pueden ir de la mano la obtención de rendimientos en las explotaciones agrarias con la conservación y restauración de la biodiversidad». Un marco, señala, donde se desarrollarán además actuaciones de colaboración de I+D+i con la divulgación y la formación.

Y es que, la apuesta decidida de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha por la investigación  ha llevado a que las distintas líneas de I+D+i se hayan mantenido en «cotas elevadas». Los datos hablan por sí solos, pues el Iriaf participó el año pasado en 70 proyectos y contratos y en 149 contribuciones científico-técnicas publicadas.

La formación científica es «otra de las actividades que los investigadores del Iriaf abordan con plena dedicación». En este sentido, cabe destacar que se han dirigido los trabajos de investigación de 13 doctorandos y se han leído dos tesis doctorales. Además, se han dirigido nueve trabajos de fin de grado o fin de máster y se ha acogido a 44 alumnos de prácticas. Los datos del número de acciones formativas se vieron mermadas el año pasado con respecto a la media de años anteriores debido a las «dificultades y restricciones sanitarias con las que se han tenido que realizar las actividades presenciales», lamenta García. Por ello, y debido a las limitaciones sanitarias, por primera vez se llevaron a cabo tres cursos de teleformación. No obstante, se han conseguido impartir un total de 67 acciones divulgativas y formativas a las que asistieron casi 1.200 personas. Los cursos del cultivo del pistacho, impartidos en El Chaparrillo, en Ciudad Real, y la renovación del carnet de manipulador de productos fitosanitarios del Centro de Investigación Agroforestal de Albaladejito (CIAF), en Cuenca, son los que «tradicionalmente tienen más demanda».

Junto a todo esto, especial atención hay que dedicar a los investigadores y personal técnico de apoyo a la investigación y experimentación que con su «profesionalidad, competitividad, esfuerzo y dedicación han hecho posible estos resultados». Personal formado por 215 personas que con «su labor hacen posible que Castilla-La Mancha sea pionera en la investigación, el desarrollo y la innovación agroalimentaria y forestal permitiendo mejorar condiciones que hacen posible un desarrollo económico sostenible», señala el consejero de Agricultura, Agua y Desarrollo Rural, Francisco Martínez Arroyo, en el prólogo de la memoria.