Una combinación de múltiples factores ha provocado que enero de 2023 haya sido el inicio del año en el que menos combustibles se han vendido desde hace tres décadas. Las 34.785,98 toneladas que suman la gasolina y todos los tipos de gasóleo, marcan un mínimo, en un mes en el que se suele vender, por el llenado de las calefacciones, los viajes en la primera semana de Navidad o el inicio de muchas labores agrícolas. Pero todos estos aspectos, este año no han funcionado como suelen hacerlo y hay que remontarse a 1993 para encontrar un enero con menos ventas. El final de los 20 céntimos tampoco ha ayudado. Cuando estaban a punto de acabarse la ayuda, «se decía que iban a subir las gasolinas una barbaridad», pero esto no ha ocurrido «porque se está vendiendo menos», aunque el presidente de Estaciones de Servicio en la provincia, Francisco Molina, considera que ha afectado más una serie de factores que la ayuda haya acabado.
En este sentido, Molina, señala que, en primer lugar, se debe tener en cuenta que el año 2022 marca un punto de cambio con «más turismos eléctricos, de hidrógeno y de gas» por las carreteras. «Estas energías están restando», indicó Molina, como primer apunte a ese mínimo de ventas marcado para un mes de enero. «El año que viene habrá otro 2 o 3 por ciento más de vehículos que ya no consumen gasolina ni gasoil» y, prevé, seguirán restando.
A esto se suma que las ventas de gasóleo B, el que utiliza la maquinaria agrícola, tampoco han sido las normales en un enero. «Estuvo lloviendo bastante, no se ha regado lo que se tenía que regar en los campos otros años porque había agua y la agricultura no ha salido». El tercer aspecto es el diciembre de calor que hubo y que provocó que las ventas del gasóleo C, el de las calefacciones, tampoco fueran las habituales, también por el uso de otras energías para calentar las viviendas. En este sentido, salvo en enero del año pasado, nunca hubo menos ventas de este combustible en un inicio de año en la provincia. Lo mismo ocurre con el gasóleo B. Hay que remontarse a 1998 para encontrar otro año en el que hubiera menos ventas.
«Al final, todo suma», indicó el presidente de las estaciones de servicio, quien apunta que, en cada puente, de este año, en cada fin de semana, la autovía del Sur, la A-4, «va llena» de vehículos y «los hoteles están llenos, señal de que sale y se mueve la gente», pero el mayor número de vehículos con otros combustibles, hace que «el consumo vaya a bajar». Molina recordó que la situación actual dista mucho del mes de marzo del año pasado, cuando la gasolina estaba a 1,9 y cerca de los dos euros. Ahora está entre 1,5 o 1,6 euros. «Con el descuento de los 20 céntimos pagamos el combustible como lo estamos pagando ahora», señaló.
Caída del consumo. A estos aspectos, el presidente de la Asociación de Transportes de Mercancías y de Fecir, Carlos Marín, sumó una caída generalizada del consumo desde el final de la Navidad y ha provocado «una caída de la actividad» en el transporte de productos. «Se está recortando en precios a los transportistas y hay menos viajes a los sitios», indicó, considerando que en el sector se nota que «la gente está comprando menos en los supermercados, se está consumiendo menos y hay una caída del consumo en general». En este sentido, señaló que el transporte es «las arterias y las venas» del país, y si ellos caen es porque todos los sectores bajan. Para Marín, esta situación llegará hasta Semana Santa, cuando se reactivará la actividad, «sobre todo por la alimentación».
El transporte es el único sector en el que se mantienen los 20 céntimos, unos pagos que han sufrido un retraso, pero que ya han empezado a recibir los transportistas de la provincia. La intención es que, a partir de ahora, estos pagos se hagan junto al céntimo sanitario, indicó Marín.