¿Y si Dembélé se queda?

Diego Izco (SPC)
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La opción del Chelsea se evapora, la del PSG se debilita... y Xavi insiste al club en su continuidad

El francés conduce el balón en un partido de la pasada temporada. - Foto: Enric Fontcuberta

Lo de Ousmane Dembélé va camino de convertirse en uno de esos cuentos estivales de aquellos que ya nacen con decenas de posibles desenlaces. No son cuentos fáciles de contar y prácticamente cada día aparece un nuevo rumor… pero lo paradójico es que a día de hoy las posibilidades de que continúe en el Barça son elevadas. Al menos eso se desprende de los movimientos en otros clubes o de pequeños gestos como el del propio jugador, que confesaba a un aficionado que le grababa con un móvil que estaba a gusto en el Barcelona, sin intención de moverse. 

Lo cierto es que hace pocos días su nombre aparecía asociado a un Manchester United o a un Arsenal que buscan la gloria perdida a golpe de talonario, también al PSG (noticias que prácticamente se apagaron en cuanto Mbappé anunció su continuidad), al Chelsea… y esta semana, según la 'fábrica de rumores' del portal Transfermarkt, es el cuadro catalán el que aparece en cabeza. 

«Será complicado que se quede», decía a finales de temporada Mateu Alemany, director de fútbol del club. Las negociaciones con Moussa Sissoko, representante del futbolista, habían sido caóticas y se habían movido en unas cifras «imposibles» e «inalcanzables» para el bloque azulgrana, inmerso en una situación económica más que delicada. Lejos de asumirlo o rebajar las pretensiones de su cliente, Sissoko se descolgaba en invierno con una propuesta 'al alza', lo que dejó las negociaciones en un punto muerto casi irresoluble. 

Sin 'cash'

No hay avances y la dirección deportiva está moviéndose en otra línea: buscar efectivos de su perfil (Raphinha o incluso Ángel di María) conscientes de que las exigencias de Dembélé todavía son demasiado elevadas. La oferta de renovación blaugrana, «insuficiente» según Sissoko, no se ha movido: el club necesita liquidez y, a pesar del espaldarazo que han dado los socios a Laporta (activando esas dos 'palancas económicas' para ingresar 700 millones), de ahí a que llegue el dinero todavía hay un trecho. La entidad, de hecho, está esperando a que esto ocurra para poder inscribir a Kessié y Christensen, con quienes tiene el acuerdo cerrado hace tiempo.  

No obstante, Dembélé tiene un poderoso valedor en el vestuario: Xavi. La insistencia del técnico en su continuidad es lo único que aún mantiene la negociación abierta. Sin su apoyo, probablemente el caso estaría cerrado hace semanas y el jugador ya habría firmado por otro conjunto. Así fue en invierno, cuando la directiva azulgrana quiso darle la carta de libertad y que no volviese a jugar en el Camp Nou… pero Xavi apostó en el tramo final de la campaña por el francés y este le respondió con creces (llegó a ser el máximo asistente de la escuadra: 13 pases de gol). 

Tuchel, Sterling...

Durante toda la semana pasada, el nombre del Chelsea se había escrito con fuerza como opción de futuro del jugador. Sin embargo, a pesar del aval de Thomas Tuchel (que ya lo tuvo a sus órdenes en el Borussia Dortmund y sabe cómo exprimir sus facultades), la dirección deportiva de los 'blues' se habría echado para atrás debido al historial de lesiones del futbolista y la de Raheem Sterling habría sido la opción elegida para la parcela ofensiva una vez se tomó la decisión de abrirle la puerta a Lukaku (de regreso al Inter de Milán).

Los 60 millones que pide el Manchester City por Sterling (27 años) serían una fuerte inversión de entrada, pero su sueldo sí sería inferior al de Dembélé (25) y el 'factor de la adaptación' es una carta poderosa para apostar por el inglés: Sterling es de Londres, ya conoce la competición y apenas se ha perdido 25 enfrentamientos de Premier desde que debutase con el Liverpool en la 12/13. El Chelsea, comprado recientemente  por el estadounidense Todd Boehly en una maniobra cercana a los 5.000 millones de euros, no puede fallar en sus primeros pasos fuera de la 'era Abramovich'... y la inversión en el atacante parece más segura.