El Proyecto Triple UVE (Veteranas Vuelven al Voleibol) comenzó siendo casi el sueño de una noche de verano y unos meses más tarde ya aglutina a 50 mujeres, muchas de ellas exjugadoras de la ADV Miguelturra, que han encontrado en el voleibol una vía de escape de la rutina diaria y una forma de recuperar antiguas amistades y retomar la práctica deportiva, en muchos de los casos, tras dos décadas. «Con nuestra edad podemos seguir practicando voleibol, no tenemos que limitarnos a pensar en hacer gimnasia de mantenimiento, yoga o tai chi», explica María José Ruiz, una de las integrantes de este proyecto, antigua jugadora y ahora directiva y segunda entrenadora del equipo sénior masculino de la ADV.

La idea partió de Antonia Gómez, exjugadora y monitora de las escuelas de la localidad, durante uno de los torneos de voley playa que se celebran en Miguelturra durante el verano. 

Allí se dio cuenta que tras los encuentros se juntaban un grupo de amigas que habían formado parte del club hace años y pensó que por qué esa actividad no podía tener continuidad durante todo el año. 

El deporte como 'terapia' - Foto: Tomás Fernández de MoyaEsta idea se la trasladó a María José Ruiz. La iniciativa tuvo una magnífica acogida entre la junta directiva y el presidente del club, Manuel de la Torre, fue el encargado de realizar los trámites pertinentes para dar forma al proyecto. Desde aquella decena de mujeres con las que comenzó la iniciativa ahora ya son 50, que disponen de dos horas de entrenamiento en las tardes de los miércoles y viernes en el pabellón polideportivo del IES Campo de Calatrava, que ya se les ha quedado pequeño.

«Yo no me esperaba que esta idea tuviese esta acogida», confiesa Antonia Gómez, que se emociona al volver a ver sobre una misma pista a antiguas compañeras después de tantos años.

«Para nosotras en una ilusión tremenda», explican Cristina Ramírez y Esperanza Corral, jugadoras del proyecto. «En su día fuimos jugadoras y ahora volvernos a juntar, reencontrarnos y volver a practicar el deporte que nos gusta es increíble. Surgen un montón de recuerdos y anécdotas», indican. De la preparación se encargan María José Ruiz y José Miguel Bastante, que incluso fue su entrenador en aquella época y que ahora ejerce también como segundo técnico del conjunto sénior femenino. 

El deporte como 'terapia' - Foto: Tomás Fernández de MoyaMuchas de estas jugadoras son madres también de jugadores del club o de integrantes de las escuelas, que en este curso cuenta con 240 alumnos, la mayoría de ellos niñas. «Damos ejemplo y nos sirve para desconectar de la rutina y de nuestros trabajos. Juntarnos aquí y jugar a voleibol es una terapia para todas. Aquí nos olvidamos de que tenemos trabajos, de que somos madres y volvemos de alguna manera a nuestra edad joven», sentencian.

Miguelturra es todo un referente en este deporte, pero más allá de los resultados el club se siente orgulloso de los valores que transmite, como ese orgullo de pertenencia y la igualdad de oportunidades, motivaciones que tiene este proyecto, que encuentra en el voleibol un medio de ocio, recreación y desarrollo personal. En principio, la actividad concluirá por este curso en el mes de mayo, aunque tienen claro que en verano pasarán a practicar el voley playa.

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