Los sueños de las mujeres gitanas

Hilario L. Muñoz
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El programa Calí ha tenido más de un centenar de participantes desde 2016 tratando de dar forma a los anhelos femeninos del pueblo gitano

Los sueños de las mujeres gitanas - Foto: Tomás Fernández de Moya

Este 8 de abril, la comunidad gitana tiene la intención de seguir mostrando que es uno más de la sociedad. Habrá una comida popular, arroz con hinojos, en el parque de Gasset y la lectura del manifiesto por el Día Internacional del Pueblo Gitano. Se trata de un cambio, llevando cada vez más al centro de la ciudad esta celebración, que se ha ido ampliando desde 2016, la primera vez que se colgó la bandera del pueblo gitano en el Ayuntamiento y el mismo año en que la Fundación Secretariado Gitano (FSG), con el apoyo de entidades como laCaixa, el Gobierno de España y la Unión Europea, puso en marcha un programa que trabaja sobre los sueños de la Mujer Gitana. El nombre de esta iniciativa es Calí y desde su desarrollo ha contado con 137 mujeres que han trabajado en su empoderamiento, en la igualdad y en feminismo, aportando notas claves para el futuro de la comunidad gitana.

«Las participantes salen con la autonomía suficiente para iniciar una búsqueda activa de empleo», explicó la técnica de Igualdad de la FSG en Ciudad Real, Sandra Montoya. Las mujeres son las que deciden en lo que se quieren formar en este programa y después tienen «un seguimiento», en el programa de empleo de la fundación. Sandra es un ejemplo de que Calí funciona. Participó en el primero, lo que le ayudó a saber lo que quería, a acabar un ciclo profesional y a estar ahora haciendo el grado de Trabajo Social. Sandra recordó las dificultades de las gitanas por «la mochila con la que cargan», al tener la doble discriminación de ser mujer y gitana. Por este motivo es clave que ellas se den cuenta de que el objetivo es trabajar «sobre lo que quieren ser», los sueños que dejaron de cumplir.

El Calí no se ha cortado siquiera durante la pandemia. Cuando llegó el estado de alarma se trabajó con videollamadas. En ese programa del COVID participó María José Maya, quien recuerda que su vida antes de Calí era la casa y sus hijos. «Mi vida es igual ahora, pero tras pasar por el Calí tengo otras metas y otros objetivos», con la intención de formarse en estética. Tiene 32 años y 3 hijos y una idea de darles a ellos «un empujón», gracias a lo que ha aprendido en esta intención. «Ya se lo he dicho, tiene que ser lo que yo no he sido»

Ese cambio de pensamiento es el sueño de Fuensanta Delgado, quien participará en el nuevo programa Calí, que comenzará a finales de abril, con la idea de lograr la fuerza suficiente para alcanzar su sueño: ser maestra de Infantil. «He escuchado cosas que me han gustado e interesado», del programa. Con 27 años tiene tres hijos y quiere «recuperar los estudios». «Voy a conseguir mis sueños gracias al Calí», señaló.

Las tres recuerdan que este 8 de abril versa sobre la necesidad de que hay que «acabar con las injusticias» y de trabajar sobre la base de que todos somos iguales, con un mundo sin discriminación, ni entre hombres ni mujeres, ni entre sociedad mayoritaria y comunidad gitana.