El teatro Quijano registró un lleno en la primera actividad de otoño y en el estreno de la nueva Orquesta Sinfónica de Castilla-La Mancha. Ha sido un concierto que incluye danzas de diferentes épocas y estilos, como Ruslan y Ludmila, de Glinka; Polonesa, de Eugene Onegin, de Tchaikovsky; o la Danza macabra, de Saint-Saëns.
El primer concierto concluye con éxito para esta orquesta compuesta por medio centenar de músicos, que es la primera sinfónica que nace en la región, y cuyo objetivo es ofrecer una oferta de música clásica de calidad, así como profesionalizar la interpretación.