La zarzuela es un género lírico de origen español que nació en el siglo XVII como espectáculo cortesano y se convirtió, a mediados del siglo XIX, en espectáculo de masas hasta llegar a hoy en una continua metamorfosis. Es, sin duda, la más importante aportación de la cultura española al teatro musical universal. Ningún otro género ha tenido tanta trascendencia en España, porque esta música define, con toda propiedad, lo que podríamos considerar el 'yo musical' de España, en tanto que nace del pueblo al que sirve y recoge músicas hispanas y europeas, urbanas y rurales, canto popular junto al bel canto, bailes tradicionales y refinadas danzas urbanas extranjeras. El consumo de la zarzuela en España y en América fue masivo desde su origen en palacios, ciudades y municipios, porque ha empapado nuestra historia y vida cultural: fue púlpito, defensora de pobres y maltrechos, narró nuestra historia y nuestras vicisitudes políticas, y para hacerlo inventó un idioma musical y un género que sale de la misma entraña del pueblo lleno de arte y de gracia. Así comienza el escrito de 40 folios, cuyo autor no puedo desvelar, pero sí afirmar con rotundidad que es uno de los personajes que más sabe de este género lírico en España, para que nos llegue, próximamente, la declaración representativa de Patrimonio Cultural Inmaterial, a la que aspiramos, también desde La Solana, Villa de la Zarzuela, porque nuestra Semana de la Zarzuela ya ha cobrado fama y pujanza para que fuera declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional en 2015. En el informe citado se aportan realidades que justifican esa declaración esperada: tendría un efecto muy positivo en cuanto al conocimiento y valoración de este inmenso legado compartido por España y la Hispanidad, aún sin catalogar; constituiría una labor de recuperación y difusión de obras de enorme valía sumidas hoy en el mayor olvido; permitiría desarrollar un plan de actuación más amplio para dar a conocer la zarzuela al mundo e internacionalizar un arte tan singular y único que hoy tiene presencia desde China a Los Ángeles o de Melbourne a Oslo. Hoy supondría el reconocimiento público a miles de personas anónimas que supieron mantener, incluso en tiempos difíciles, este tipo de manifestaciones y ayudaría también a relanzar la zarzuela en América, que ha cultivado con la misma entrega que en España como medio idóneo para los intercambios y mestizajes culturales con los pueblos de la Hispanidad; la declaración de la zarzuela como Patrimonio Cultural Inmaterial impulsará acciones concretas para salvaguardar el género y actuar en los archivos. Al respecto, el famoso tenor Alfredo Kraus declaró en su día, palabras que emocionaron al público que llenaba el teatro Cervantes: «La Solana es un ejemplo único de España en programar una semana dedicada a la zarzuela, ahora que este género empieza a renacer en nuestro país. Me parece imposible que esta semana pueda morir porque ha adquirido una tradición, que es la manera de ser de este pueblo». Corría el año 1994. Y la Semana todavía no había sido declarada fiesta de Interés Turístico Regional, ni Nacional. Ya nos falta el tramo Internacional. Y en esas estamos.