Referencia mundial investigadora desde Ciudad Real

Hilario L. Muñoz
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El campus de Ciudad Real cuenta con más de la mitad de los investigadores de la UCLM citados en el ránking de Stanford como los mejores del mundo

Referencia mundial investigadora desde Ciudad Real - Foto: Rueda Villaverde

El campus de Ciudad Real es el espacio en el que investigan y trabajan más de la mitad de los mejores investigadores del mundo que realizan su trabajo en Castilla-La Mancha. La Lista Stanford que se publica cada año cita a una veintena de investigadores, repartidos entre Industriales, Químicas, Agrónomos, Informática y también en el IREC, un centro mixto de la UCLM y el CSIC. «Somos punteros, en algunos casos a nivel mundial, en el europeo o de España, toda la gente tiene esa característica de ser punteros como mínimo a nivel de España», resume el director del IREC, Rafael Mateo, las características de quienes 'brillan' ese estudio. 

La UCLM contabiliza 46 investigadores en e l ránking que se subdividen en dos parte. Por una, se hace un repaso de los investigadores, de toda su carrera, por lo que «una vez que se entra una vez es difícil salir» y, por otra, se indican aquellos investigadores con más artículos en el último año. Esto permite, por ejemplo, que en el listado estén los directores de tres centros, Industriales, IREC y Químicas, y que puedan compaginar la investigación con la gestión. «Ya tenía cierta trayectoria investigadora y hay una inercia en la que se pueden compartir las tareas de investigación y la gestión», explicó el director de la Escuela de Industrial, Vicente Feliú-Batle.

Industriales, con 14 nombres en la lista, es la escuela que más aporta al ránking fruto de un diseño que pensaba desde su inicio en la investigación. Al fundarse la escuela, se pensó en contar con un profesorado que tuviera ese «perfil investigador». Por este motivo, en los primeros años se buscó entre alguno de los grupos más importantes de España y de investigación en las distintas áreas de la escuela. Ahora, incluir tantos nombres en la lista es «una prueba de que ese diseño ha tenido éxito y funciona bien».

Referencia mundial investigadora desde Ciudad RealReferencia mundial investigadora desde Ciudad Real - Foto: Rueda VillaverdeMaria del Carmen Ternero, Joaquín Vicente, Francisco Ruiz, Javier Contreras, Juanjo Hernández, Luis Baringo, Jesus Miguel Chacón, Pedro Núñez, Miguel Ángel Caminero, Estebán García, Óscar Déniz, José de la Fuente, Angel Ríos, Antonio de Lucas, Pablo Cañizares, José Luis Valverde, Justo Lobato, María Luz Sánchez Silva Víctor Pérez, Juan Trapero y Magin Lapuerta, además de Feliu, Mateo y el decano de Químicas, Manuel Andrés Rodrigo, son los nombres que aparecen en la imagen que acompaña este artículo, pero faltarían más personas, como Mario Pittiani, de la escuela de Informática, o Antonio Margalida. «Stanford es la constatación de la competitividad de nuestro centro desde el punto de vista científico y que seguimos siendo un referente internacional en el mundo de la ciencia y la tecnología química y alimentaria», explicó el decano de Químicas. 

Se trata de muchos nombres entrenos que faltan más mujeres, solo dos, pero irá cambiando con el tiempo. «En un futuro habrá más mujeres investigadoras que hombres investigadores», dijo Rodrigo, quien recordó que, en estos momentos, el 60% de los estudiantes de la facultad son mujeres. «Desgraciadamente, la llegada de la mujer ha sido más tardía», lo que hace que en uno de los ránking cueste más su presencia.

Referencia mundial investigadora desde Ciudad Real
Referencia mundial investigadora desde Ciudad Real - Foto: Rueda Villaverde
Los tres directores recuerdan la importancia de mostrarse como «líderes» para atraer talento e inversiones de las distintas administraciones. «Tenemos la capacidad de liderar proyectos» y el hecho de que haya este nivel de investigación es «un atractivo para aquellas personas que se quieran formar y hacer la tesis doctoral en los campos que trabajamos», señaló Mateo. La clave además, recuerda Rodrigo, es no perder la perspectiva de la educación porque «un buen profesor universitario debe combinar las dos facetas: transmitir y generar conocimiento».