La última verbena cierra las fiestas del barrio de Los Ángeles

César Muñoz
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Los cuatro días seguidos de feria no han desanimado a un público que, contra la costumbre, es fiel a la música hasta el final

La última verbena cierra las fiestas del barrio de Los Ángeles - Foto: C. M.

Las canciones de Amaral en la madrugada hacen presagiar el término de la actuación de la Orquesta Samil y, con él, también el de las fiestas del barrio de Los Ángeles. Los cuatro días seguidos de feria no han desanimado a un público que, contra la costumbre, es fiel a la música hasta el final. Despedidas de conocidos mientras suenan 'Toda la noche en la calle' y 'Son mis amigos', de Amaral. "Todavía seguimos aquí porque estamos viendo a la vocalista, que es colega", dice David. "Pronto nos iremos. Pero años anteriores, a esta misma hora, ya estaba la plaza vacía", agrega su novia Teresa, que es vecina de siempre del barrio.

Idas y venidas de desesperados en busca de cucuruchos de patatas fritas, feriantes desalojando, un despistado pidiendo churros madrileños en un puesto que ya solo tiene a la venta las últimas roscas de porras. La barra de la verbena no decae y los empleados no dejan de servir bocadillos, desafiando su propio aviso de cierre de cocina a las tantas de la mañana. Los partidarios de la Virgen de Los Ángeles y los miembros de su hermandad -ya sin Francisco Romero-, que tendrán que recoger en unas tardes lo que les ha llevado todo un mes montar. Están de cincuentenario y se les nota, a pesar del cansancio que llevan encima. Con todo, estos primeros actos que han organizado y vivido son solo el inicio de un aniversario que se clausurará con las fiestas del próximo año.

La gente sigue a lo suyo. Un camarero apura un pellejo de vino para poner un trago más. Jóvenes venidos de otros pueblos que adelantan la fiebre del sábado noche que traerá la feria de Ciudad Real. Dos novios se despiden como si el día de mañana estuviera de aquí a la eternidad. Y la cantante amiga de David y Teresa canta 'Clavado en un bar', de Maná, para no llevar la contraria. Al otro lado del barrio, el paseo Carlos Eraña parece un reino desierto en el verano.