El Almagro ha dejado atrás una de las jornadas más aciagas de su reciente historia en Tercera. A la goleada encajada en el Cerrú contra el Calvo Sotelo (4-0) se sumaban las expulsiones de dos futbolistas, Carlos Ramos y Carlos Lucio; la lesión de su portero titular, Jesús Astillero; y por si fuera poco, el susto que daba el técnico, Antonio de la Torre, por una bajada de azúcar. Fue un domingo para olvidar, y en ello está trabajando el conjunto encajero, que este domingo (16.30 horas) tendrá una ocasión perfecta para desquitarse con la visita al Manuel Trujillo del Yugo Socuéllamos. 

De todo lo ocurrido en Puertollano, lo que ahora preocupa más en el cuadro encajero es el estado físico de su portero. Astillero se lastimó el hombro derecho del modo más inverosímil, en una acción en la que se disponía a lanzarse a por el balón, antes de caer al suelo. «Noté un chasquido y enseguida me di cuenta de que algo se había roto», relata ‘el santo’, que intentó seguir sobre el campo aunque era cambiado en la segunda parte, «sin fuerzas en el brazo». La primera ecografía a la que fue sometido no desveló resultados concluyentes por la inflamación en la articulación, por lo que el jueves se repetirá esta prueba. Sin embargo, él se teme lo peor, por las sensaciones y porque ayer aún tenía hinchado no sólo el hombro, sino el brazo e incluso la mano: «Parece que hay una rotura muscular, pero puede que esté afectado el ligamento. El jueves lo veremos».