Una fábrica de mitos machistas para los jóvenes

Bea Naya - Jorge Ocaña (EFE)
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Miles de adolescentes utilizan las redes sociales, plataformas que pueden servir para denunciar casos de abusos y violencia, pero también para difundir desinformación de género

Una fábrica de mitos machistas para los jóvenes

Las redes sociales son un arma de doble filo en la lucha contra la violencia machista: por un lado, son utilizadas por miles de jóvenes para denunciar abusos y violencia de género, pero también son un lugar donde es fácil fabricar y difundir lo que se conoce como desinformación de género, que perpetúa los mitos machistas.

La desinformación de género es el conjunto de actividades en línea que atacan o socavan a sus destinatarios en función de su género, utilizando para ello narrativas con objetivos políticos, sociales o económicos, según la definición del Instituto Demócrata para los Asuntos Internacionales, una organización no gubernamental que tiene su origen en Estados Unidos.

Este tipo de acciones buscan mermar o negar el discurso feminista con afirmaciones falsas que intentan perpetuar los roles de género, negar la violencia machista e incluso rechazar la realidad sufrida por las víctimas.

 Este tipo de mensajes, que encuentran su mejor canal en las redes sociales, está causando un «retroceso» en batallas que se creían ganadas, hasta el punto de llegar a ponerse en cuestión que la violencia de género exista, afirma Elena Alfamara, responsable de género de InteRed, una asociación que trabaja en educación contra las violencias machistas. Alfamara advierte de que esta «ola reaccionaria», como ella define el fenómeno, está calando especialmente entre los jóvenes.

«Estos discursos están ganando terreno en los espacios educacionales. (...) Se están instalando una serie de mantras que reproducen figuras políticas, pero también influencers y youtubers, y los jóvenes los reproducen en las aulas», asevera.

Todo ello en un contexto en el que la negación de la violencia de género ha crecido entre los jóvenes varones españoles de entre 15 y 29 años, según la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD).

En el Barómetro Juventud y Género 2021, la organización constató que el negacionismo «se está extendiendo cada vez más» entre adolescentes, quienes consideran que la violencia machista «es una cuestión ideológica».

Para Anna Sanmartín, subdirectora del Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud de la FAD, las redes sociales tienen la capacidad de «amplificar» un discurso negacionista de la violencia machista entre los jóvenes, como ha sucedido con las vacunas en este último año, explica. Aquellos grupos que han estado en desacuerdo con el feminismo han encontrado en la red «numerosas teorías conspiranoicas» que le han dado «apoyo» a sus argumentos, explica esta experta.

Además, Sanmartín apunta a que plataformas como TikTok, Instagram y Twitter, entre otras, han dado a los jóvenes acceso a grupos que piensan como ellos y, por ende, terminan alimentando el mismo discurso «repleto de estereotipos».

Distorsión de la realidad

Muchos jóvenes aseguran en estos canales que «los hombres también son víctimas» o que la violencia de género «es un invento ideológico», afirmaciones engañosas que desvirtúan los datos sobre este fenómeno y que sacan de los mismos discursos que los adultos, señala esta experta.

El hecho de que la juventud pase «una gran parte de su tiempo conectada a las redes, tanto para informarse como para entretenerse», es otra de las razones por las que estas se han convertido en un amplificador de la desinformación de género, argumenta Alfamara, quien cree que muchos de estos contenidos se consumen de manera inconsciente.

«A veces están viendo varios vídeos y, de repente, se topan con uno difundiendo desinformación, un discurso que niega las violencias», explica.

En un estudio, InteRed reveló que las informaciones distorsionadas publicadas sobre violencia de género se basan con frecuencia en datos falsos, sesgados o engañosos sobre temas como las violaciones y el aborto, pero también recurren a la ridiculización del movimiento feminista.

Una cuestión de datos

Paralelamente a este escenario, los datos constatan que los jóvenes continúan reproduciendo formas de violencia machista pese al avance en materia de género que se ha experimentado en los últimos años.

Según la Macroencuesta de Violencia sobre la Mujer de 2019 elaborada por el Ministerio de Igualdad, el 11 por ciento de las mujeres de entre 16 y 24 años ha sufrido violencia sexual y un 60 por ciento ha sido víctima de acoso sexual.

Además, la Fundación ANAR alertó el pasado año de que los casos de violencia de género en menores de edad atendidos por la organización se habían multiplicado por 10 desde 2009.

Ante la ola de desinformación de género, Alfamara ve más necesarias que nunca acciones educativas para contrarrestar estos mensajes tan dañinos para un colectivo altamente influenciable como son los jóvenes.

«Hace falta un proceso educativo para generar pensamiento crítico y para que la gente sea capaz de analizar la información y así construir su opinión», concluye la especialista.