El invierno de 2023 se puede entender como el primer periodo en el que regresaron los virus respiratorios y la normalidad a la sanidad asistencial desde la pandemia. Resulta extraño no conocer a nadie que no haya pasado un constipado, cuando no alguna gripe, y para muestra los datos publicados por el Instituto de Salud Carlos III bajo el epígrafe de infecciones respiratorias agudas, en las que se contabilizan todos los virus que hacen presencia en el invierno como es la gripe, el virus sincitial y a los que se suma ahora el COVID-19 como uno más. Se trata de una red de control que lleva mostrando altas cifras de incidencia desde el comienzo de la que tradicionalmente era la temporada de gripe, en octubre, siempre superando la media nacional.
En concreto, los datos, solo hay regionales, señalan una tasa de incidencia de estas infecciones respiratorias de 1.245,1 casos por cada 100.000 habitantes en Castilla-La mancha, por comparar con las últimas cifras, solo de gripe, que hubo para Ciudad Real en el año 2020, la tasa fue de 742,2 casos. Estas infecciones han venido por olas, con una incidencia de 1.400 casos hasta en tres ocasiones durante esta temporada, que luego han ido descendiendo paulatinamente. El último de estos picos se produjo después de Reyes y en la actualidad hay cierta estabilidad en el número de casos cada semana, según los datos de Sivira, como se denomina al sistema de vigilancia de estas infecciones. Las cifras regionales se encuentran, desde el inicio de la 'temporada', por encima de la media nacional, que en la última semana se quedó en 780,1 casos por habitante.
«Lo que más hay es fiebre alta y mucho malestar por lo que o es Covid o es gripe», señaló el coordinador del centro de salud número 2 de la capital, Julián Arenas, quien indicó que lo más frecuente, en este momento, es la gripe. Detrás de los datos, en opinión de Arenas, puede haber varios factores, uno de ellos es la retirada de mascarillas. «El año pasado vimos menos catarros y menos gripes», señaló y, de hecho, los datos del sistema de vigilancia corroboran esa visión. Un segundo aspecto es que hay más concienciación a nivel general con los virus respiratorios desde la epidemia y también más opciones de realizar tests. Esto aumenta los diagnósticos respecto a épocas anteriores. «La gente por estar más concienciada por el Covid ha acudido más a la atención primaria», comentó Arenas, recordando que antes había quienes con un catarro o malestar se quedaban en casa no iban al médico.
El coordinador, desde la experiencia, señala que con frío seguirá habiendo gripe en las próximas semanas y apunta que lo que está llegando es ese virus, gripe, no Covid-19, al menos a su centro de salud. En este sentido, para Arenas, este invierno se podría hablar de una temporada de infecciones «normalizada, con una patología más diagnosticada», de ahí los datos que se están dando y recuerda que ha habido momentos en la Atención Primaria en los que ha habido consultas llenas, como ese pico tras Reyes.
Arenas indicó que una de las claves de este año es la vacunación de la gripe, ha llegado a más del 75 por ciento de la población diana, y esto tiene un reflejo en los datos, ya que la incidencia se encuentra disparada entre los preadolescentes y los menores de 44 años, según los datos a nivel nacional que publica el sistema de vigilancia.
Con todo, sigue habiendo una alta hospitalización de 29,5 personas ingresadas por cada 100.000 habitantes, llegó a ser de 35 personas, ante el ascenso del virus sincitial a finales de diciembre. «La gripe y el catarro no se derivan a no ser que se estén complicados y haya una neumonía», señaló Arenas, quien recordó que no solo el COVID provoca neumonías, también suceden por otro tipo de infecciones. «Se derivan al hospital también a pacientes cuando hay enfermedades previas que se descompensan» ante esas patologías respiratorias.