Page se muestra pesimista con la reforma de la financiación

Javier D. Bazaga / Toledo
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Los presidentes de Castilla-La Mancha, Castilla y León, Galicia y Valencia debatieron sobre financiación y Page advirtió del riesgo de convertir los fondos europeos en gasto estructural

Page se muestra pesimista con la reforma de la financiación - Foto: Lavandeira jr

El presidente del Gobierno de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, se manifestó este jueves «pesimista» ante la posibilidad de lograr un acuerdo amplio sobre la reforma del sistema de financiación autonómica, cuya revisión lleva pendiente desde hace más de 7 años.

Lo dijo en el Foro La Toja Vínculo Atlántico donde participó en un debate sobre el modelo junto a los presidentes de los gobiernos de Galicia, Castilla y León y Valencia. Este último que, en los últimos días, junto a Andalucía, ha venido demandando un modelo que priorice la población neta frente al modelo que ha venido defendiendo Castilla-La Mancha en el que se atiendan otros criterios como el del envejecimiento, la dispersión o la despoblación, para una prestación de los servicios públicos básicos de calidad en condiciones de igualdad. Algo que no se da en este momento ya que existe una «desigualdad inmensamente cara de mantener» dijo Page.

«Soy pesimista» afirmó ante un debate «complicado e incompleto», en el que, según apuntó, «cada año que pasa sin arreglarse el problema de la financiación, el Estado central gana». En este sentido, ahondó en que «el estado se beneficia mucho del caos entre las autonomías y de la diferencia de partidos», algo que se intentó evidenciar aquí como un obstáculo que no existe.

Es por eso que apeló a establecer unos parámetros objetivos que permitan determinar si para que un vecino de cualquier comunidad sea atendido de un infarto tiene que estar a una o media hora de un hospital. Del mismo modo reclamó definir bien las competencias entre los distintos niveles de la Administración para que cada una se encargue de soportarla. Como la Ley de Dependencia dijo, que le supone a la Comunidad 500 millones de deuda. «Hay competencias que se basan en leyes que tiene que financiar el Estado», por lo que señaló la necesidad de «actualizar» cuánto tiene que financiar el Estado y cuánto las autonomías, porque desde 1978 las comunidades autónomas han evolucionado mucho, reflexionó.

Fondos Europeos y Fiscalidad

García-Page, a pesar de este pesimismo, sí reclamó a todos «conjurarse» para que el debate sobre la financiación autonómica no se distorsione con la llegada de los fondos europeos de reconstrucción, porque puede existir la «tentación de confundir unos fondos con otros». De manera que pidió evitar que los fondos europeos se conviertan en gasto estructural. Que no sirvan para financiar lo que debería poder financiar un modelo sostenible autonómico una vez que esos fondos se acaben.

Pero el otro punto sobre el que puso el foco el jefe del Ejecutivo autonómico fue que «cualquier debate sobre financiación es incompleto si se habla de gastar pero no de ingresar», e introdujo el debate sobre una política fiscal sobre la que «hay mucha demagogia».

Una «demagogia fiscal que solo acaba rompiendo el país» advirtió, cuando algunas comunidades hacen lo que llamaron dumping fiscal.

Emiliano García-Page concluyó su intervención pidiendo al Gobierno central «que haga en España lo que está pidiendo en Europa, que es cohesión», además de que «aplique con los independentistas la medicina que conocemos bien».

Feijóo y la sombra catalana

Muchas son las amenazas que se ciernen sobre la reforma de la financiación autonómica. El presidente de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, alertó de la sombra catalana. «Hay una comunidad que manda mucho y no sabemos qué cogobernanza se está pactando en bilateral», avisó. Además aprovechó para recordar que Cataluña, Madrid y Galicia están justo en la media de financiación, ni están entre las regiones beneficiadas ni entre las perjudicadas.

El presidente de la Comunidad Valenciana, Ximo Puig, miró más a Madrid. Lo hizo cuando comentó que uno de los problemas es la «excesiva centralización de instituciones». Y también por Madrid iba su comentario de que debería haber «mercado fiscal único» y que no haya dumping por comunidades.

El presidente castellano y leonés, Alfonso Fernández Mañueco,  en lugar de mirar a Cataluña o Madrid, reivindica que «ahora hay que apostar por el interior de España». Además sugiere que en el diálogo entre Gobierno de España y autonomías se copie la tradición de pactar que hay con los fondos europeos agrarios de la PAC. Dice que ya le gustaría que fuera así en el Consejo Política Fiscal y Financiera: «No puede ser que el ministro de turno diga te toca esto, esto es lo que hay, aquí paz y después de gloria».