CEJuego: «El juego no retornará a cifras de 2019 hasta 2023»

Hilario L. Muñoz
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La Universidad Carlos III analiza en el estudio Juego y Sociedad la realidad de los hábitos y actitudes. Un análisis del que se hace eco la Confederación Empresarial del Juego (CEJuego) con datos como la caída de la actividad que ha traído el COVID.

CEJuego: «El juego no retornará a cifras de 2019 hasta 2023»

En primer lugar, llama la atención que el COVID haya traído una reducción de los juegos de azar, en torno al 4%. ¿A qué se debe?

Esta reducción se debe a una consecución natural del comportamiento de nuestros clientes debido a la coyuntura generada por la crisis sanitaria. Los clientes del juego mantienen el control sobre sus gastos, su comportamiento es racional. Cualquier actividad económica no esencial, especialmente las de ocio y esparcimiento, sufren grandes reducciones durante los períodos de crisis y, quienes las practican, lo hacen con menor frecuencia y con unos importes mucho más reducidos. 

Además, la crisis del Covid-19 supuso un brusco corte para el juego. Las salas permanecieron cerradas durante meses, por lo tanto, la asistencia se desplomó en casi un 50%. El juego es una manera de socializar, la gente, además de para jugar, va un casino, bingo o salón de juego para hablar y encontrarse con amigos y conocidos. El miedo a socializar generado por la pandemia ha dejado en cuarentena estos pequeños placeres.

Resulta sorprendente el mito que se han empeñado en circular, ese que dice que “cuando hay crisis se juega más” o que los que “menos dinero tienen son los que más juegan”. Estos estudios basados en encuestas a la población demuestran lo contrario.  

¿Cree que la recuperación llegará también a este sector? Me pregunto si por ejemplo hay mejores expectativas ante la Lotería de Navidad de este año, respecto a los datos que hubo en el pasado.  

Aunque en la economía en general se prevé un efecto rebote, los daños causados por la COVID-19 en el tejido productivo de la hostelería y el ocio hacen prever que el juego no retornará a sus cifras de 2019 hasta avanzado 2022 o incluso 2023.

Los datos reflejados en el Informe Juego y Sociedad, que ha llevado a cabo Jose Antonio Gómez Yañez, doctor en sociología de la Carlos III, indican que los clientes de juegos de suerte, loterías, de Selae y la ONCE, mantuvieron en su mayoría el volumen de jugadores, aunque redujeron las cantidades invertidas, pero en los juegos de entretenimiento el descenso ha sido considerable, tanto en asistencia a salas como en gasto. 

Durante 2020 y 2021 se ha producido una contención del consumo por la incertidumbre económica y por la reducción de ingresos de una parte de la población, motivada por la pérdida de empleo, ERTE, etc., que afectó al sector del juego, naturalmente. En los juegos de loterías de Selae y la ONCE se ha mantenido el número de compradores, pero ha bajado entre un 20% y un 30% el gasto. En el caso de la Lotería de Navidad descendió el número de compradores, precisamente entre los que solo compran Lotería de Navidad durante el año. 

No me atrevo a profetizar, pero, personalmente, creo que la Lotería de Navidad aumentará considerablemente respecto al año pasado, ya que las loterías son juegos con una fácil accesibilidad en España; Selae y la ONCE tienen amplias redes de distribución y, en el caso de la ONCE, se puede encontrar su oferta en Correos, cadenas de grandes almacenes, etc. Ambos, además, tienen una gran visibilidad en sus 'programas' de televisión informando sobre los números y combinaciones premiadas y tiene el soporte de grandes campañas de publicidad, algo que el resto del sector de juego privado tiene restringido, por no decir prohibido. 

Uno piensa en jóvenes y vienen a su mente los salones de juegos y casas de apuestas, pero en su análisis se apunta a los ‘rascas’ de la ONCE como el producto más consumido por la juventud. ¿Por qué ocurre este fenómeno?

Así es. Los 'rascas' de la ONCE son la gran novedad en el panorama del juego en España. Cerca de 3,5 millones de personas, en su gran mayoría menores de 35 años, jugaron a los “rascas' durante 2020, siendo uno de los juegos que más ha crecido en los últimos años. Los juegos de la ONCE han experimentado este considerable éxito en el incremento de ventas, tanto por su acceso a nuevos mercados, rejuveneciendo su base de clientes, como por el fuerte apoyo publicitario que lo convierte en uno de los grandes anunciantes del juego. 

Según el informe, apenas hay 7.000 personas diagnosticadas por juego problemático en España, pero parece que es un problema de primera magnitud. ¿Por qué hay esa diferencia tan grande entre el diagnóstico y el papel que se da en ciertas estancias a los problemas con el juego?

Tristemente, me temo que para algunos actores políticos resulta deseable generar un clima informativo basado en cifras alarmistas, manipuladas e infundadas sobre el trastorno de juego. Además, las cifras que suelen aparecer en los medios no tienen fundamentos sólidos ni contrastes fiables. En contrario, los estudios que muestran tasas de juego problemático bajas son omitidos en una literatura académica alarmista.

Conviene aclarar que una encuesta solo puede detectar los umbrales de un problema en una población determinada, pero no es un diagnóstico consistente. El desorden comportamental que caracteriza una adicción solo puede diagnosticarse individualmente, mediante pruebas clínicas o psicológicas apoyadas en técnicas consistentes.  En este sentido, los datos sobre pacientes diagnosticados en tratamiento sugieren que el límite máximo de personas con trastorno al juego no excede de 6.500/7.000 en España, según los últimos datos del Ministerio de Sanidad. Esto equivale a un 0,02% de la población entre 18 y 75 años.

España tiene una relación sana y normal con el juego. Las políticas de prevención del trastorno de juego deben orientarse a colectivos muy precisos, no a sectores indiscriminados de manera vaga, irresponsable e imprecisa.

Igualmente se apunta a los jóvenes o la cercanía de las salas de apuestas como un problema, un ejemplo es la Ley del Juego de Castilla-La Mancha aprobada este año y que marca 2029 como la fecha en que los locales de juego deberán situarse a más de 300 metros de institutos. ¿Qué influencia cree que tendrá la norma castellano-manchega en otras normas futuras o una posible regulación estatal?

Resulta inquietante como, a base de manipular la realidad, se intenta construir un relato que aparece como un “reflejo condicionado”.  Desde nuestro sector llevamos años utilizando mecanismos eficaces para promover el juego responsable. Exigimos el Documento Nacional de Identidad para evitar el acceso a menores y no tenemos ninguna duda acerca de los valores éticos y profesionales de nuestros trabajadores. Nuestra identidad va de la mano con el compromiso firme de favorecer la práctica legal del juego y garantizar la protección de intereses públicos de salud y bienestar. La norma es clara y su cumplimiento es estricto. 

Los resultados son contundentes, aunque haya gente interesada en decir lo contrario: Las inspecciones que realiza la policía en nuestros locales de juego, en cada Comunidad Autónoma, no pueden ser más reveladoras: cero menores en el último semestre en Galicia; cero menores en el último semestre en Extremadura; cero en Madrid… Por comentar solo los últimos datos.

La norma castellano-manchega no está basada ni en hechos, ni en necesidades de la sociedad, sino más bien en la búsqueda de titulares, por lo que esperamos tenga poca continuidad.