Los 'pasaportes' para acceder a las ciudades

R. Chavarri
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4.000 turismos de la provincia tienen la etiqueta 'Cero' o 'Eco', mientras que casi 80.000 circulan sin distintivo medioambiental

Etiqueta de un vehículo estacionado. - Foto: Patricia González

La ley de cambio climático, en vigor desde mayo de 2021, obliga a las ciudades de más de 50.000 habitantes a contar con una zona de bajas emisiones «antes» de 2023. Los municipios españoles que pasen esa barrera tendrán que establecer, por ley, sus ZBE y, también, las restricciones que afectarán a los conductores.

A 114 días de que llegue el cambio de año, Ciudad Real capital, el único municipio de la provincia que se verá obligado a poner en marcha su 'Madrid Central', ultima la ordenanza dedicada en exclusiva a la implantación de este proyecto en territorio donde el peso de los vehículos 'verdes' es aún limitado. Según el anuario estadístico publicado esta semana por la Dirección General de Tráfico, de un parque de turismos de casi 260.000 vehículos, a fecha de 31 de diciembre de 2021, apenas 428 tienen un distintivo medioambiental de 'Cero' emisiones, esto es, son vehículos eléctricos, eléctricos de autonomía extendida, híbridos enchufables con una autonomía igual o mayor a 40 kilómetros y vehículos de pila de combustible de hidrógeno. Apenas representan el 0,1 por ciento del total, aunque, en el último año, de cada 100 turismos que se matricularon en la provincia, cinco eran de este tipo de coches.

En la escalera de turismos menos contaminantes aparecen los de la pegatina 'Eco': híbridos, híbridos enchufables con autonomía inferior a 40 kilómetros y coches impulsados por gas natural (GNC y GNL) o por gas licuado del petróleo (GLP). En la provincia, algo más de 3.500, poco más del 1,3 por ciento del parque automovilístico. También en el último año sus ventas crecen y suponen ya la segunda opción más demandada en los concesionarios, con el 20% del total de las operaciones, y que están exentos, en principio, de las restricciones a la movilidad que traerán las zonas de bajas emisiones.

La etiqueta 'C', la que se coloca a los turismos y furgonetas ligeras de gasolina matriculadas a partir de enero de 2006 y diésel a partir de 2014, es la que tienen en la provincia uno de cada cuatro vehículos, más de 66.000, mientras que los 'reyes' de la carretera son los que llevan la pegatina amarilla que identifica a los vehículos 'B': son más de 95.000, uno de cada tres, y con ellos empiezan los problemas en las zonas de bajas emisiones. En Madrid, por ejemplo, solo pueden entrar al centro si van a un parking.

Peor lo tienen los casi 80.000 vehículos que había a finales del pasado año sin distintivo medioambiental. Son el 30% del total, los más viejos y los más contaminantes. Volviendo al ejemplo madrileño, a la espera de conocer la ordenanza de Ciudad Real, estos coches tienen prohibido el acceso a la almendra central. En 2025, directamente, estarán vetados en todas las calles de la capital de España.

La OCU pide cambiar las etiquetas

Hace menos de un mes, la OCU reclamó el cambio de los criterios de otorgación de las etiquetas ambientales. «Son injustas y no corresponden a la realidad», referían. La petición la planteaban tras analizar 147 modelos con distintos sistemas de propulsión, entre los que hay versiones de gasolina, diésel, híbridas convencionales, híbridas enchufables, mild hybrid y eléctricas. Los resultados, según los consumidores, muestran que coches con la misma etiqueta ambiental pueden tener niveles de emisiones muy diferentes y que los híbridos enchufables, con la etiqueta 'Cero' no deberían tenerla, porque contaminan «como cualquier automóvil» al superar los 40 kilómetros de autonomía eléctrica.