Conejo: la especie que sigue en emergencia cinegética

J.A.J.
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El roedor se incorpora como especie «en peligro» en la Lista Roja de Especies Amenazadas, pero 284 municipios de la región se ven como afectados por su exceso de población

La presencia de madrigueras es una de las muestras visibles de la existencia de conejos en el campo.

El conejo ha conseguido. a la vez, ser señalado como especie «en peligro» de desaparecer mientras se le sigue apuntando como responsablede una emergencia cinegética, por su exceso de población, que ha alcanzado el máximo de municipios afectados en Castilla-La Mancha. Estas contradictorias consideraciones del roedor han emergido con su inclusión, en esta semana, en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Esta organización, fundada en 1948, es la principal del mundo en materia medioambiental, al agrupar tanto a estados como a organizaciones sociales especializadas en este ámbito.

La Lista Roja de Especies Amenazadas monitoriza el estado de 112.432 especies animales y vegetales, de las cuales unas 30.178 se consideran como amenazadas, en mayor o menor grado, de extinción. Este listado recoge un gran número de subcategorías y el conejo ha pasado del umbral de estar en bajo riesgo, el ‘casi amenazado’, a la situación de ‘en peligro’. Este es un escalón de riesgo posterior a ‘vulnerable’ y que queda detrás de los de ‘en peligro crítico’, ‘extinto en estado silvestre’ y, ‘extinto’ a secas.

La última edición de esta Lista Roja se ha dado a conocer coincidiendo con la Cumbre Mundial del Clima que se está celebrando en estos días en Madrid. La UICN ha aprovechado para denunciar que «el cambio climático afecta a las especies, por ejemplo, alterando los hábitats y aumentando la intensidad y frecuencia de los fenómenos meteorológicos extremos».

Y sobre el conejo europeo, con el nombre científico de ‘Oryctolagus cuniculus’, la organización precisa en un comunicado que aunque esta especie esté muy extendida después de introducciones históricas, la especie debe considerarse «en peligro» dentro de su área de distribución natural, en España, Portugal y el sur de Francia. Para ello se basa en un nuevo episodio de enfermedad hemorrágica que ha sufrido este animal, «que ha provocado una disminución estimada de las poblaciones de hasta el 70 por ciento».

La UICN destaca el carácter del conejo como «ingeniero de ecosistemas», al ser una presa esencial para el sostén, entre otros depredadores, del lince ibérico  y el águila imperial, ambas también especies amenazadas.

La emergencia se extiende. Sin embargo, esta alarma sobre la situación del conejo en el ámbito europeo contrasta con la alerta regional ante la denuncia de un aumento de sus poblaciones en el conjunto de Castilla-La Mancha. Esta última alerta ha sido abordada por la Junta, fundamentalmente, con declaraciones anuales de emergencia cinegética que han agilizado la caza y captura de conejos en los municipios que han denunciado estar afectados por una sobrepoblación de esta especie.

En estos municipios, sobre todo desde el ámbito agrario, se denuncian los daños que un exceso de roedores pueden causar en cultivos como el cereal, el viñedo o incluso el olivar. Otro aspecto a tener en cuenta es que muchos de estos animales cavan sus madrigueras en taludes de carreteras, vías férreas u orillas de río. Esto ha provocado polémicas entre el Gobierno regional y el de España, responsable de estos terrenos que acaban sirviendo de ‘santuarios’ si no se facilita la caza de conejos en ellos.

Las declaraciones de emergencia han permitido generalizar la caza con escopeta, con la consiguiente muerte del animal, o con hurón y capillo. En este último sistema, el hurón obliga a los conejos a salir de sus madrigueras para quedar luego atrapado en el capillo, una red. Este sistema es usado junto a las infraestructuras con tráfico de personas como los taludes de carreteras y vías de tren.

Precisamente, este año se ha alcanzado el máximo de municipios incluidos en la declaración de emergencia cinegética, con un total de 286. Esto es casi un tercio de los municipios existentes en la región. Toledo es la provincia con más términos municipales afectados por esta declaración, 98; seguida de Cuenca, con 88; Albacete, con 50; Ciudad Real, con 27; y Guadalajara, con 23.

En los últimos tiempos, ha ido creciendo el número de municipios incluidos en estas declaraciones de emergencia cinegética. En 2012, primer año en que se adoptó esta medida, afectó a 207 municipios de la región repartidos por las cinco provincias: Ciudad Real (59), Cuenca (48), Albacete (45), Toledo (41) y Guadalajara (14).

Desde entonces, hubo un lapso de tiempo en la que no se dictaron declaraciones de emergencia cinegética hasta 2016. La de aquel año tuvo una afectación bastante menor, ya que sólo afectaba a 85 municipios,ninguno de los cuales se situaba en Guadalajara. Eran 41 de Toledo, 16 de Albacete, 16 de Cuenca y 12 de Ciudad Real.

Pero desde entonces, el territorio afectado por la sobrepoblación de conejos no hizo otra cosa más que crecer en Castilla-La Mancha.  En 2017, la cifra de términos municipales castellano-manchegos amenazados por los daños del conejo se situaba en 231, según recogía la declaración de emergencia cinegética de aquel año. Cuenca acumulaba entonces el mayor número de poblaciones afectadas, 84; seguida por Toledo, con 53; Albacete, con 49; Ciudad Real, con 23; y Guadalajara, con 22.

Al año siguiente, en 2018, la correspondiente declaración de emergencia cinegética ya afectaba a 271 términos municipales castellano-manchegos. Por provincias, la declaración se refería a 89 municipios de Toledo, 87 municipios de Cuenca, a 50 municipios de Albacete, 26 de Ciudad Real, y 22 de Guadalajara.

Además de estas declaraciones, el Gobierno regional derogó un decreto de 2009 que declaraba al conejo como especie preferente para repoblaciones. Paralelamente a esto, se anunciaba una revisión en profundidad de la situación de este animal en la región, ante la perspectiva de que se da su sobrepoblación en determinadas comarcas pero su escasa presencia en otras, donde es necesario para el sustento de depredadores.