Luis Arroyo

Luis Arroyo


Procesiones y Universidad en Ciudad Real

09/03/2022

Se ha presentado en el Museo Diocesano la maqueta del paso de la Santa Cena labrada primorosamente por el imaginero Faustino Sánchez Herranz, cuya hija la ha donado generosamente a la Hermandad de los Estudiantes, una cofradía de la que la Universidad es Hermana mayor. En el año 1992, importante por tantas cosas, Manuel Lopez Camarena pidió cita formal en el Rectorado, entonces en la calle Paloma. Manolo es siempre contundente y convincente cuando se trata del bien de Ciudad Real. Es un gran patriota de su pueblo y, por ello, un bien escaso. Comenzó su argumento recordando que la creación de la Hermandad fue obra de un grupo de estudiantes que necesariamente debían abandonar nuestra ciudad para seguir sus estudios universitarios. Ahora, dijo, los estudiantes están aquí y el Rectorado debería dar amparo a la Cofradía, y la Universidad convertirse en la Hermana mayor.
No necesitó Manolo más argumentos para convencerme. Mientras hablaba, yo iba recordando lo que me había explicado, viéndolo desde la plaza del Pilar, José María Barreda, que con la creación de la Universidad y su desarrollo se trataba de acabar con un triste espectáculo de los domingos por la tarde, en los que en la calle Ciruela arriba se juntaban una riada de chicos y chicas que arrastraban sus maletas, cargadas de ropa limpia y vituallas, camino de la estación, que se encontraba entonces en la ronda. De ello me acordé entonces y me acuerdo siempre cuando pienso en la tarea de la Universidad como responsable de la formación y de la investigación, así como de la transmisión y el amparo de la cultura. Cierto es que en mi persona llovía sobre buena siembra, pues recordaba la emoción que me producía desde niño ser de la Cofradía del Santo Entierro, que sacaba en la procesión del Viernes Santo impactante Cristo Yacente de Gregorio Fernández y el Entierro de Juan de Juni, un paso coral como el nuestro, de extraordinaria emotividad y movimiento. Como entonces llovía tanto ya no se pudo sacar más.
Nuestra cofradía salía del Obispado y en uno de esos años asistí a la suspensión de la procesión y a la rotura de almas y corazones que tal frustración produce en los muchos jóvenes y niños para los que la Cofradía y la procesión son los instrumentos fundamentales de su socialización. En los tiempos de mi infancia no había más libertad en España que para elegir cofradía. Hoy, por fortuna, podemos elegir cofradía, partido, a quién votar y a qué sindicato pertenecer y también podemos decidir si en Semana Santa nos congregamos alrededor de las procesiones o nos vamos a la playa. Por ello me dije que desde el próximo año saldría la procesión desde el Rectorado, de tal manera que si el tiempo lo impidiera se podría hacer algo en el Paraninfo. Así pasó el segundo año. Desgraciadamente, por otras razones, el Quijote es un libro en el que apenas llueve. Las hermandades, además de su labor religiosa, realizan una labor cultural también, cada una según sus posibles, tareas de solidaridad. Quizá este año puedan centrarse en la que necesitan las gentes de Ucrania. Que lo hablen.