El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, va a pedir al Gobierno de España y a la UE, en la Conferencia de Presidentes de este fin de semana, medidas de urgencia para combatir la escalada de los precios de la energía y, también, que se permita que las administraciones puedan mantener los servicios públicos sin necesidad de recortes.

García-Page compareció en rueda de prensa tras la reunión del Consejo de Gobierno itinerante que tuvo lugar en Tarazona de la Mancha (Albacete), donde explicó que va a pedir esas dos cuestiones: medidas que afecten a los precios energéticos, y que busquen decir a los ciudadanos que, frente a los problemas, «también hay soluciones», y algo determinante, «que en esta crisis, y en lo que quede por venir, no aparezcan más 'hombres de negro'».

En este sentido, subrayó que «Europa tiene que permitir a las administraciones que sigamos haciendo lo que empezamos con el Covid, que es financiando, soportando, ayudando al sector privado, a las empresas, a los autónomos, a los trabajadores (...) este esfuerzo hay que mantenerlo en el tiempo sin volver a malas experiencias financieras».

Por lo tanto, reclamó «medidas, fondos y esperanza» y todo por este orden, porque «van relacionados», ya que, según afirmó, «hay síntomas evidentes de que la economía española, antes del conflicto de Ucrania, estaba remontando y bien».

Buenos datos. «Acabamos de conocer el dato del mes de enero de producción industrial y Castilla-La Mancha ha crecido un 9%, más del doble de la media nacional», se alegró García-Page, que comentó que él tiene datos en la cabeza y experiencias personales concretas de contactos con empresarios como para saber que «si no cunde el pesimismo seremos un país que siga creciendo».

Dicho esto, destacó que no le gustaría que esta batalla que «entre todos hemos decidido llevar al terreno económico» finalmente la «sonrisa de Putin lo sea por los recortes o el paro de occidente». «Esa sería una forma de ganar», recalcó el presidente autonómico, que abogó por medidas de choque, dinero y gestionar «una esperanza realista».