La viruela reduce ya la producción en 600.000 kilos de queso

Hilario L. Muñoz
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Los ganaderos trabajan en evitar que el virus entre en las explotaciones y que la limitación de los movimientos de las ovejas duren lo mínimo, mientras plantean inversiones por la situación

La viruela reduce ya la producción en 600.000 kilos de queso - Foto: Tomás Fernández de Moya

La viruela ovina y caprina ha implicado ya la pérdida de unos tres millones de litros de leche de la Denominación de Origen, unos 600.000 kilos de queso manchego. Este es el cálculo que ha hecho el Consejo Regulador sumando las ovejas que han tenido que ser sacrificadas y que pertenecían a la DO, algunas «eran las joyas» de la denominación, señaló su presidente, Antonio Martínez. La Denominación preveía unos 88 millones de litros, una producción similar a la de 2022. Ahora hay que esperar que la crisis sanitaria «no llegue a más», porque el queso manchego es el que se obtiene de la oveja de raza manchega y no se puede reponer.

El presidente de la DO explicó que si no hay más focos no habrá un incremento de precios de una leche de oveja, que ya se está pagando muy alta, a unos dos euros el litro, cuando el año pasado estaba a un euro y 30 céntimos. «Esperamos algún movimiento hacia arriba, pero entiendo que va a ser mínimo», señaló.

«La cosa está tensa y estamos muy preocupados», explicó, por su parte, José Luis Pérez, ganadero, patrono del Consejo Regulador de la Denominación de Origen e integrante de Asaja. «Desde el mes de septiembre, cuando salió el primer foco, tendrían que haber tomado medidas», explicó Pérez, quien señaló que no se trata solo de desinfectar al entrar y salir cada vehículo que entra en su finca, sino también que no salgan los ganaderos, «que no tengan mucha vida social».

La viruela reduce ya la producción en 600.000 kilos de quesoLa viruela reduce ya la producción en 600.000 kilos de queso - Foto: Tomás Fernández de MoyaEn la finca de José Luis, ayer recogía leche Pablo Dorado, de Quesos Navalmoral, que ha tenido que adaptar su modo de recogida a la situación, alargando el tiempo de trabajo por las desinfecciones y reduciendo la ruta: si antes iban a ocho ganaderías ahora van a cuatro. «Implica salir más a menudo a recoger», pero todo se compensa si se mejora en trazabilidad, en cada recorrido que se ha realizado y se evita la opción de contagiar la enfermedad.

Preocupaciones.

Los ganaderos tienen, al menos, cuatro frentes abiertos con la viruela. Por una parte, el económico. Si entra la viruela en una explotación, con que haya solo un animal contagiado, toda la ganadería será sacrificada. Al agricultor se le pagará 85 euros por animal sacrificado cuando una oveja cuesta entre 130 y 300 euros, una media de unos 200 euros, en función de su linaje y su pureza, pero hay sementales que pueden costar varios miles de euros. En este sentido, aún hay tres posibles focos que pueden salir en los próximos días.

La segunda clave es la pureza de la raza manchega, como señalaba el presidente de la DO, porque hay fincas que tenían algunas de las mejores ovejas para la producción de leche y ya se las ha llevado la enfermedad. Es el caso de Tebar, una de las primeras fincas afectadas, con «la mejor genética» de la región.

La tercera preocupación es «la de la oferta y la demanda» porque si empiezan a desaparecer ganaderías es cuando subirá el precio de la leche de oveja. «Como quesero, la problemática es no tener la suficiente leche y que los precios suban», indicó Ignacio Barco, de quesos Villadiego, quien recordó que esta situación puede llevar al cierre de ganaderías.

La última preocupación de estos ganaderos dedicados a la leche son los corderos. Sin corderos no hay queso, pero los que se dedican a la elaboración de queso solían venderlos a los cinco días de su nacimiento, enviándoles a los cebaderos. Ahora tendrán que quedarse en la finca un tiempo, se venderán cuando tengan 13 o 15 kilos, directamente al matadero. «Nuestras explotaciones no están preparadas para tener esos animales tanto tiempo, como mínimo mes y medio». Por ejemplo, en Villadiego ya hay previsión de invertir casi 100.000 euros por esta situación, entre un arco de desinfección para cada vehículo que entre en la finca, un cebadero para los corderos que ahora se quedarán en la finca, y las calzas, guantes y ropa para los conductores.

«Lo que deseamos primero es que las medidas de contención funcionen y entremos en la desescalada», señaló Barco utilizando el mismo lenguaje que con el confinamiento por el coronavirus. También indicó que, al igual que con la pandemia hubo Ertes, es necesario pensar en esta situación como «una epidemia» y plantear apoyos a los ganaderos.