Casi el 36% de los españoles y españolas adultas se han realizado alguna vez un tratamiento estético. Así lo subraya una macroencuesta realizada en 2020 por la Sociedad Española de Medicina Estética (SEME) que pone de manifiesto el auge de una profesión que se ha popularizado y ganado la aceptación social en plena era digital.
La doctora Cruz Cárdenas, vocal de la Asociación de Medicina Estética de Castilla-La Mancha (AMECLM), explica? que este boom obedece, en primer lugar, a que «las personas, desde edades mucho más tempranas, nos preocupamos más por nuestra imagen». También ha influido decisivamente la exposición constante de nuestro aspecto físico en la era digital en la que vivimos, el aumento de la oferta y del número de técnicas y un acceso asequible para la mayoría de la población a estos tratamientos.
Cárdenas, licenciada en Medina y Cirugía por la Universidad Complutense, habla de «un despunte brutal» desde 2020, una vez que finalizó el confinamiento por la crisis del coronavirus. De hecho, el tratamiento de la mirada con toxina botulínica y ácido hialurónico es uno de los más demandados y las mascarillas anticovid tienen mucha culpa. En medicina estética se realizan tratamientos faciales y corporales mínimamente invasivos que requieren, como mucho, anestesia local (la cirugía plástica es otro campo). Yson los primeros los que están más en boga:embellecimiento de labios, revitalización de la piel, reposición de volúmenes perdidos con la edad, sobre todo a nivel de pómulos... Asimismo, los tratamientos capilares tienen cada vez más demanda y ya no es necesario hacer un viaje a Turquía. «La formación médico-estética en España es de las mejores de Europa», resalta Cruz Cárdenas.
intrusismo. Los programas de televisión y los influencers en redes sociales han ido acabando con el tabú que había en relación a la medicina estética: «Hablan sin complejos de lo que se han hecho. Hoy en día, igual que voy al gimnasio y cuido mi alimentación, me hago también mis tratamientos de medicina estética». El gran problema al que se enfrentan ahora es «el grave intrusismo que sufre la profesión».
La vocal de la AMECLM recuerda que los médicos estéticos tienen que estar licenciados o graduados en Medicina y solo pueden ejercer en centros autorizados por Sanidad y que estén dados de alta en la Unidad Asistencial de Medicina Estética (U.48). «En relación a esta materia, se han dictado tres sentencias del Tribunal Superior de Justicia de Madrid y se ha ratificado por el Tribunal Supremo», enfatiza»
Además, el sector está luchando por el reconocimiento como especialidad médica dentro de la Unión Europea, promoviendo esta reivindicación junto a Bélgica, Polonia, Italia y Portugal. Cuentan, además, con el apoyo del Ministerio de Sanidad.