José Rivero

Doble Dirección

José Rivero


Kiosco y menos

19/10/2022

Frente a la aplicación existente en múltiples versiones digitales de periódicos y revistas, denominada Kiosko y más, que permite el acceso virtual a los fondos periodísticos previo pago de una cantidad reducida, hoy prefiero hacerlo de forma oblicua hablando de un kiosco menos. Como ha ocurrido el 30 de septiembre pasado, con el kiosco de prensa de la calle Postas –el del Mercado, dicen los usuarios y clientes– que ha echado el cierre, tras muchos años, sin solución de continuidad y sin visos de que otro adjudicatario –no hay traspaso posible, al mediar una concesión municipal que lo limita–. Preguntadas las titulares del kiosco por la razón de la marcha, aducen, junto a motivos personales muy respetables, el declive de la lectura de periódicos. «Esto ya no es lo que era». 
Por si no se visualizara la crisis de lectura en kioscos varados, como barcos abandonados en el mar de Azov, cuya continuidad en la explotación no ha activado el Ayuntamiento, puede que por falta de interesados en la nueva titularidad del negocio (¿…?), puede que por desinterés municipal o puede que por razones que se nos escapan. El de la plaza de la Constitución, el de la puerta de Alarcos, el del barrio de Los Ángeles o el de la plaza de Juan XXIII son algunos de los que testifican el documental del abandono de los kioscos desafortunados y ya vencidos. Igual que otros negocios que simultaneaban la venta de prensa con otras labores variadas han ido cerrando sus puertas, en la calle Alarcos, en la calle Olivo, en la calle Toledo, en la calle del Carmen, entre los por mí conocidos y frecuentados. 
Un amigo, viajero del interior regional, me informaba preocupado de la dificultad que venía advirtiendo por encontrar, en pueblos de cierta entidad poblacional, puntos de venta de prensa. Dificultad que se repetía en circunstancias variadas. Y la recompensa gozosa del hallazgo de un kiosco, como un náufrago que oteara un barco de salvación. El pasado día 26 de septiembre, 'El Roto' en el diario El País, colgaba su editorial gráfico con la silueta de un kiosco cerrado y en el frontal la razón de su titular, como un homenaje a estas extinciones. O como una despedida a Juan Francisco, tal vez su kiosquero de siempre. «Cuando cerró el último quiosco –así lo escribía Rábago–, el Poder suspiró aliviado».  Entre el Poder temeroso, la competencia exorbitante del universo digital, el declive de la lectura en soporte físico y la pérdida de lectores se va escribiendo el cierre de tantos kioscos.