"Hay una correlación entre los abusos y la patología criminal"

María Albilla (SPC)
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Le llaman la 'dama del crimen' y es por algo. Reyes Calderón lleva 20 años pergeñando historias de intriga y en su último libro se corona con una trepidante trama en la que ahonda en la psicología de un asesino en serie

"Hay una correlación entre los abusos y la patología criminal"

La escritora Reyes Calderón ha dado vacaciones -por ahora- a la jueza Lola Machor para crear un nuevo personaje con mucho potencial, el de la doctora Paloma Padierna. Con ella como protagonista construye con su maestría habitual una novela en la que mezcla la trama policíaca y la mejor intriga psicológica. El juego de los crímenes perfectos (Planeta) arranca en Madrid en plena pandemia. En el Palacio de Hielo queda un solitario ataúd con un cuerpo que nadie reclama... 

La novela transcurre en Madrid, cuando la ciudad está colapsada por la COVID-19. ¿Ya vio que ahí había tema para gestar un crimen?

La verdad es que se me encendió la mente criminal en cuanto leí que durante la pandemia no se podrían hacer autopsias. Si te morías entonces, lo más probable es que fuera de COVID-19 y, si era de otra cosa, nadie investigaría demasiado. Además, aunque lo hicieran no te podrían hacer un examen forense, así que era el momento idóneo para perpetrar un crimen perfecto. Ahí empecé a maquinar.

Y la imagen, que creo que forma parte del recuerdo del todos, del Palacio de Hielo convertido en morgue ya no pudo frenar ese instinto criminal...

Sí. Yo entonces solo podía pensar en cuándo podríamos volver a patinar allí... Por eso la novela empieza cuando ya solo queda un ataúd.

¿La realidad de aquellos días superó cualquier tipo de historia imaginable hasta entonces?

Totalmente. Mis editoras me preguntaban si estaba segura de querer situar la novela en un momento tan doloroso. Y en parte tenían razón... pero creo que descargamos parte de nuestro dolor cuando se lo contamos a otros y, además, había que seguir viviendo, aprovechar que podemos contarlo y que algún día nos quitaremos por fin la mascarilla...

¿Se ha hecho mirar eso de tener instinto criminal?  ¿Nos tenemos que preocupar por algo?

Yo cuando leo o veo ciertas cosas se me juntan en la cabeza determinados cables, que no sé cuáles son, pero algo se enciende y empiezo a idear nuevas tramas... 

Puedes estar tranquila, soy muy poco práctica. Solo me dedico al papel y a la pluma. 

Hay expertos que dicen que la mentalidad de una persona normal de la un psicópata está separada solo por una fina línea...

Supongo que solo estoy predispuesta a pensar en historias criminales, no a actuar... Hay ciertos rasgos de violencia o de comportamiento asocial en ellos; ciertos rasgos que gracias a Dios yo no tengo.

Me quedo más tranquila. Sigamos entonces. También la capacidad de amar y de empatizar, cuya ausencia, dice, que tienen estas personas, le separará de ellos.

Sí, para un psicópata los demás somos instrumentos y por supuesto el concepto de familia, de cuidado de los hijos, no lo tienen, quizá porque no hayan sido queridos ellos mismos, por eso hay tanta correlación entre los abusos en la infancia y la patología criminal. 

¿Cómo es meterse en la mente de un criminal durante la escritura?

Reconozco que esto me lo tengo que hacer mirar porque no me resulta para nada complicado. Necesito, eso sí, mucha preparación. Leo mucha criminalística, psiquiatría, muchos casos para llegar al punto en el que me pueda introducir en esa mentalidad. Soy muy observadora y estoy muy acostumbrada a ello. Pero igual que en otros papeles me siento bien, los de criminal no los disfruto nada. Los tengo que hacer, pero no disfruto escribiendo como una psicópata. Tampoco los admiro, aunque algunos son muy inteligentes, son capaces de diseñar unas estrategias magistrales.

¿Qué casos reales ha pensado que tenían una historiaza detrás?

Hay psicópatas cuya patología es evidente y son más desorganizados y otros del tipo Hannibal Lecter que son hombres más o menos integrados en la sociedad y cultos a quienes lo que les caracteriza es esa falta de empatía. Más del 90 por ciento de los casos, son varones. Mujeres hay pocas, pero son tremendas.

¿Qué hay de cierto en la idea de que los hombres y las mujeres matan distinto?

Según apuntan los psiquiatras, parece ser que nuestra forma de relacionarnos con la vida, y también con la muerte, es diferente.

 

Dice que se documenta muy bien, pero lo cierto, y menos mal, es que no hay demasiado casos de asesinatos en serie, ¿no?

Los casos que encuentro casi siempre son en Estados Unidos. Ahí encuentras de todo. ¡Es tan grande!  En España se documentaron unos cuantos después de la Guerra Civil, que yo creo que dejó unos cuantos traumas, y hay también alguno bien descrito en Rusia... Además existen muchos libros de psiquiatría que se dedican a estos temas.

¿Le resulta complicado seguir sorprendiendo al lector con tramas  de intriga? Cada vez hay más competencia en la temática...

Pues la verdad es que no... La cabeza me funciona deprisa y siempre tengo alguna historia...

Esa creatividad unida con su mentalidad matemática... ¡boom!

La matemática es una suerte de música en la que hay un orden y una armonía. En el tema criminal, sobre todo con los asesinos en serie organizados, casa muy bien con esa música porque se entiende mejor ese orden.