La capital fomentará el bus urbano para recuperar usuarios

Manuela Lillo
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El Ayuntamiento contempla campañas informativas y destaca la rebaja a la mitad del precio del abono tras tener un 26% más de viajeros en 2022, aún lejos de las cifras prepandemia

La capital fomentará el bus urbano para recuperar usuarios - Foto: Rueda Villaverde

El transporte público urbano de Ciudad Real cerró el pasado ejercicio 2022 con un incremento del 26 por ciento en el número de viajeros, unas cifras que se encuadran dentro de la línea ascendente hacia la recuperación que están siguiendo todos los medios de transporte tras la parálisis que supuso la pandemia del coronavirus, pero que todavía tiene retos por delante.

En el caso del autobús urbano, este servicio registró 1.589.776 usuarios durante el pasado año, frente a los 1.261.112 del ejercicio 2021, cuando el COVID-19 todavía afectaba a las cifras de viajeros, según los datos facilitados a este diario por la Concejalía de Movilidad del Ayuntamiento de Ciudad Real. No obstante, a pesar de haber ganado un 26 por ciento de usuarios, las cifras todavía están lejos de alcanzar las de 2019, cuando el virus no había hecho acto de presencia.

En ese año, el transporte público urbano subió como la espuma y lograba cifras récord tras haber aplicado medidas como el cambio de itinerario, el lanzamiento de distintos tipos de abonos, la puesta en marcha de una aplicación móvil para informar de los trayectos en tiempo real o la adquisición de nuevos vehículos más modernos y respetuosos con el medio ambiente. De esta forma, los autobuses urbanos cerraron 2019 rozando los dos millones de viajeros (1.989.421), una cifra para la que todavía restan casi 400.000 usuarios, que es el reto a conseguir: volver a los niveles previos a la pandemia.

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Para la portavoz del equipo de Gobierno, Mariana Boadella, ese es el objetivo «si es en detrimento del coche», que es el principal 'enemigo' a combatir en una ciudad que está «apostando por una movilidad más sostenible». Para ello, Boadella explicó que una de las campañas de la estrategia Edusi es la que tiene por lema 'Ciudad Real sin ruidos', que tiene entre sus objetivos fomentar los desplazamientos a pie, en bici y también en transporte público, reduciendo la presencia del vehículo privado y del ruido que genera.

Pero no es la única baza para fomentar el transporte público que aplicará el Ayuntamiento. La Zona de Bajas Emisiones (ZBE), actualmente paralizada, pero que está previsto implantar en el futuro, también lleva aparejado un plan de comunicación que busca incentivar la movilidad sostenible, haciendo gala de una pirámide de prioridades: primero, los desplazamientos a pie; si no es posible, en bicicleta; si no, en autobús; y, finalmente, en coche, siempre que no sean posibles otros modos de transporte.

Boadella insistió en un mensaje que viene repitiendo toda la legislatura: en una capital como Ciudad Real es muy fácil desplazarse en medios de transporte sostenible y contribuir a la mejora de la salud de los vecinos de la capital, reducir los ruidos y tener menos impacto en el medio ambiente.

La concejala comentó que en el marco de la estrategia Edusi continuarán con la campaña centrada en el ruido y también se trabajará en el desarrollo de la que iba asociada a la Zona de Bajas Emisiones y que considera que «independientemente de ella, tenemos un objetivo general que va en beneficio de todos».

También se refirió a esta campaña del plan de comunicación de la ZBE la concejala de Urbanismo, Raquel Torralbo, quien indicó que la idea es seguir fomentando el uso de este medio de transporte que debe servir de conexión entre los futuros aparcamientos disuasorios y el centro una vez que se restrinja la circulación de los vehículos más contaminantes. «En Ciudad Real tenemos un muy buen servicio de autobuses que recorren incluso las calles peatonales y lo hacen más accesible», recalcó Boadella, puntualizando que esto incluso «sorprende» en ciudades como Madrid  o Barcelona.

Las campañas informativas no son la única vía para animar a los ciudadanos a subir a los autobuses urbanos, también la aplicación de subvenciones que reducen el impacto que puede tener el billete en el bolsillo de los vecinos. Y en eso Ciudad Real se ha sumado al carro de las ciudades que han aplicado en 2022 un 30 por ciento de reducción del precio de los abonos para minimizar el golpe de la inflación y que aplica en este 2023 hasta un 50% de descuento, extendiendo una subvención del Gobierno de 125.000 euros que el Partido Popular asegura que se ha perdido y que el equipo de Gobierno defiende que se recuperará o bien con el recurso que ha planteado el Ayuntamiento o bien asumiendo responsabilidades la empresa que gestiona el servicio.

Déficit crónico.

En cualquier caso, el transporte de autobuses presenta un abultado déficit que se asume año tras año y que en el pasado ejercicio 2022 supuso una subvención por parte del Ayuntamiento a la empresa concesionaria de 2.375.000 euros.  Gracias a que los 'riñones' del Ayuntamiento soportan ese gasto económico, el servicio es «el más barato de España», aseguró Torralbo en referencia a los rankings periódicos de organizaciones de consumidores que suelen evaluar los precios de las distintas ciudades del país.

A las campañas informativas y la rebaja del precio de los abonos se suman, además, los nuevos autobuses adquiridos por el Ayuntamiento, algunos propulsados por gas, para hacer más atractiva la flota y también más accesible al usuario. No obstante, parte de esa demanda de viajeros podría estar condicionada también a la evolución de la pandemia. Para la concejala de Urbanismo, las cifras de 2022, que han mejorado con respecto a 2021, pero no han llegado al nivel de 2019, son consecuencia de varios factores: «Siempre influyen muchos datos, como la recesión económica, que estamos en una época en la que todavía la gente tiene miedo a los contagios y que también se es más consciente de la movilidad activa, de caminar. Siempre influyen muchos parámetros externos y lo que importa es que se va aumentando progresivamente», afirmó a este diario.

En relación con la pandemia, la decisión del Gobierno de retirar la obligatoriedad de llevar la mascarilla en el transporte público a partir del 8 de febrero puede marcar un punto de inflexión. Acogida con agrado por unos y con recelo con otros, puede marcar la pauta en el uso de los autobuses urbanos a partir de los próximos meses.  

Detalle por líneas.

Al poner la lupa en los datos de 2022, se pone de relieve que la línea 1, que se divide en dos sublíneas que recorren la ciudad con un trayecto circular, es la más usada con 608.184 viajeros, frente a los 759.647 de antes de la pandemia; seguida de la línea 2, que une el Hospital con la estación del AVE, con 518.131 viajeros; la línea 3 (hospital carretera de Toledo), con 300.781 viajeros; la 4 (AVE-carretera de Porzuna), con 118.623 usuarios y la 5, que sólo circula los domingos por la tarde. A ellas se sumó en 2021 la línea 6 a las pedanías.