Las altas temperaturas registradas desde el pasado mes de junio y la ausencia de precipitaciones auguran una vendimia corta en producción en Castilla-La Mancha. Aunque son sólo las primeras estimaciones, las grandes cooperativas de Ciudad Real asumen que la cosecha será inferior a la de 2021. Confían en que, al menos, la airén, la variedad blanca más extendida, de brotación y maduración más tardía, amortigüe un poco la caída con las escasas lluvias de hace unos días y el descenso térmico, sobre todo de las mínimas.

Cooperativas Agro-alimentarias de Castilla-La Mancha baraja unas previsiones para la campaña vitivinícola 2022-2023 de 19,5 millones de hectolitros de vino y mosto en la región, un 13% menos que los cosechados en la vendimia precedente. Una estimación similar a la realizada por la cooperativa El Progreso de Villarrubia de los Ojos, que espera «un 15% menos de cosecha respecto a la media normal». El pasado año recogieron unos 75 millones de kilos de uva.

El presidente de esta entidad cooperativa, Jesús Julián Casanova, asegura que «la uva se ve sana, equilibrada, con una acidez total acorde al grado de azúcar y con una madurez lenta, lo que dará vinos de gran calidad» El Progreso comenzó con la variedad chardonnay en la noche del viernes 12 de agosto y continuó con la tempranillo de secano y la verdejo.

Su homólogo en la cooperativa Virgen de las Viñas de Tomelloso, Rafael Torres, destaca también la calidad de las uvas recibidas en el arranque de la vendimia, chardonnay y sauvignon blanc. «La uva está muy sana, aunque con un poco menos grado que en 2021, y en cuanto a la producción, todo apunta a que será un poco menor que la del año pasado», afirma.

Torres espera un enlace tranquilo con la actual campaña, a la que Virgen de las Viñas llega con muy pocas existencias, «unos diez millones que no hemos querido vender porque el precio estaba muy bajo». Eso sí, falta por retirar un buen porcentaje de sus instalaciones, por lo que necesitarán alquilar depósitos externos. La vendimia pasada recolectó 230 millones de kilos de uva.

En la cooperativa Jesús del Perdón-Bodegas Yuntero de Manzanares son también conscientes de la merma en la producción que van a provocar las altas temperaturas y la sequía. Sin embargo, tal y como explica su presidente, Felipe Rodríguez, confían en que la cosecha final se sitúe en cifras similares a las de 2021, entre 130 y 140 millones de kilos de uva, ya que han experimentado un notable incremento de socios (de 850 a 1.035) y de hectáreas plantadas.

La calidad, como viene ocurriendo desde hace años en las grandes cooperativas ciudadrealeñas, se verá recompensada en el pago de la uva. Rodríguez recuerda que, además del PH, acidez y glucónico, valoran la temperatura con la que la uva llega del campo a la bodega. Afrontan la nueva vendimia sin apenas existencias, «las necesarias para dar servicio a los clientes hasta que se elaboren los nuevos vinos», y mantienen su apuesta por incrementar el porcentaje de embotellado y de ecológico.

Una apuesta por lo ecológico (también por aumentar el vino embotellado) que comparte con la cooperativa Cristo de la Vega de Socuéllamos. Representa ya el 30% de la producción total, remarca su presidenta, María José Moreno. Añade que es pronto para hacer una previsión certera, pero calcula que la caída de la cosecha se situará en torno al 10-15 por ciento respecto a la de 2021, cuando recibieron 80 millones de kilos. Además de la sequía y el calor, la araña roja ha afectado a algunas parcelas de la zona.