Este martes ha comenzado en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial la vista en la que se enjuicia a un hombre de 52 años, de nacionalidad paraguaya, acusado de haber abusado sexualmente de una menor en agosto de 2019 en Ciudad Real. El escrito de acusación del fiscal pide para él una pena de 10 años de prisión, una indemnización de 15.000 euros y la prohibición de acercarse a la menor durante 13 años.

Los hechos enjuiciados se habrían producido entre los días 8 y 9 de agosto de 2019, mientras el acusado, que había sido contratado para realizar trabajos de pintura, se encontraba en el domicilio familiar de la menor, que entonces tenía 9 años, a la que habría dado besos en la boca y realizado tocamientos, tanto por encima de la ropa como por dentro del pantalón, llegando a introducir un dedo en su vagina, según el escrito de acusación.

En la primera sesión, de las dos que va a durar el juicio, el acusado, R.Y, ha negado los hechos, afirmando que sí estuvo en ese domicilio realizando trabajos de pintura, pero que en ningún momento abusó de la menor. "Vamos a pedir la libre absolución porque existen dudas más que razonables en los hechos de los que se le acusa, por lo que debe prevalecer el principio de presunción de inocencia", ha confirmado a La Tribuna Rodrigo López, abogado del investigado.

Por su parte, la niña, que ha declarado por videoconferencia, se ha reafirmado en el relato de lo sucedido, "nerviosa, pero recordando los hechos con detalle", según Concha Marín, abogada del programa Revela de la Consejería de Sanidad y Asuntos Sociales, que ejerce la representación de la menor.

Además del acusado y de la menor, esta mañana han declarado la madre de la niña y una tía suya, madre ésta de una prima a la que la víctima le habría contado por primera vez lo que había sucedido, pidiéndole que guardara el secreto. Sin embargo, la prima optaba por contárselo a su madre y ésta alertaba inmediatamente a su cuñada, ante la gravedad de los hechos.

También ha declarado esta mañana un compañero de trabajo del acusado, con el que estuvo en el domicilio pintando esos días, quien ha asegurado que en todo momento estuvo junto a él y bajo la supervisión del padre de la niña, por lo que resultaba improbable que R. Y. hubiera podido abusar de la menor.

Este miércoles será el turno de la prueba pericial, con declaración de una psicóloga y el equipo psicosocial que elaboraba un informe sobre la menor, además de una prueba documental y las conclusiones finales de las partes.