Almagro tendrá en este 2019 alma de mujer y acento latino. Así lo demuestra el hecho de que tanto el Festival Internacional de Teatro Clásico como las jornadas de la UCLM hayan decidido centrarse en la figura de Sor Juana Inés de la Cruz, cuya imagen preside el cartel teatral y el académico, y que sean compañías y autores del otro lado del atlántico los que sirvan abordar el Siglo de Oro. Ayer se presentaron estas jornadas de la UCLM, madres del festival, porque en su seno se realizaron las primeras representaciones en Almagro. Fue una presentación sin el que ha sido el director de las jornadas en los últimos 25 años, Felipe Pedraza, quien, como adelantó La Tribuna, deja la dirección en manos de Rafael González y la secretaría en las de Almudena García.
Sor Juana Inés de la Cruz y el teatro novohispano es el título de esta cita en la que «se trata de seguir dialogando sobre el teatro clásico», dijo el director, para apuntar que con Sor Juana se aborda una figura que, desde el convento, «siempre reivindicó el papel de la mujer en las letras y las ciencias». González expuso que las jornadas que se celebran del 9 al 11 de julio, con Sor Juana y a Ruiz Alarcón, un dramaturgo nacido en Taxco y que estrenó con los grandes en Madrid, como protagonistas. La matrícula está ya abierta y que tiene un coste de 70 euros para personas no vinculadas a la UCLM y de 50 euros para estudiantes, PAS y PDI, además del reconocimiento de un crédito para los universitarios.
El rector de la UCLM, Miguel Ángel Collado, recordó que las jornadas y el festival son «hermanos, aunque luego la criatura haya crecido más». En este sentido, Collado reivindicó el papel de unas jornadas internacionales en la que «vienen estudiantes y estudiosos de todo el mundo» y en la que la UCLM se une a la principal cita cultural de la provincia como hace con Cuenca con su semana de música religiosa o en Toledo con el Corpus.
El director del festival, Ignacio García, resaltó el momento actual del teatro clásico con «grandes fans» de un Siglo de Oro del que quiso resaltar su modernidad. En este sentido recordó la importancia que tiene que una mujer escribiera, que hubiera actrices famosas y grandes empresarias o que dramaturgos nacidos al otro lado del Atlántico presentaran en Madrid. Esto muestra que ha habido una evolución en la que ya no se puede entender el teatro del siglo XVI sin la aportación latinoamericana, una mirada que se asienta y se amplía junto a la democracia. «El siglo de oro ha ido evolucionando igual que el país», dijo García, ya que, «en el 78 nacen las jornadas y uno piensa en el Siglo de Oro y el Parlamento eran parecidos: solo hombres, vestidos de negro o con una capa negra». Ahora hay «hombres y mujeres peinados de forma distinta, una sociedad más ecléctica» en la que caben representaciones como un Calderón en hip-hop o Un gran teatro del mundo, que llega este año al festival y en el que los actores llevan estética de lucha libre mejicana.