El Villarrubia, entre el orgullo y la tristeza

La Tribuna
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La plantilla exige mirar hacia delante tras su cruel eliminación en la Copa Federación, donde quedó a un penalti de clasificarse para la Copa del Rey y medirse a un equipo de Primera División

La plantilla del Villarrubia posa con sus aficionados desplazados a Alzira. - Foto: FFCM

Orgullo y cabeza alta. Éstas eran las consignas en el Villarrubia tras su cruel eliminación en la tanda de penaltis ante el Alzira en los cuartos de final de la Copa Federación. La clasificación llevaba aparejada un triple premio: jugar las semifinales de la fase nacional de la Copa Federación, clasificarse para la Copa del Rey y recibir a un conjunto de Primera División. A un penalti se quedó el Villarrubia de lograr esa recompensa, pero al final fue el Alzira el que logró la clasificación ante una plantilla que acabó desolada, pero a la vez orgullosa de la imagen mostrada y del apoyo recibido por el público que se desplazó hasta tierras valencianas.

"Igual que en otras rondas anteriores de este torneo hemos pasado por penaltis, esta vez nos tocó la cruz. Duele porque estuvimos a un paso", aseguró José Luis Urda, presidente del club, en declaraciones recogidas por la Federación de Fútbol de Castilla-La Mancha. "Toca seguir luchando y peleando a muerte en Liga", continuó Urda, que agradeció el apoyo del público desplazado a Alzira: "Lo de la afición fue de 10. Se hizo notar en todo momento".

El técnico del equipo, Miguel Aroca, también tuvo palabras de agradecimiento hacia la afición: "Estuvo espectacular y espero que estén orgullosos del equipo. Sin ellos no podríamos haber aguantado este ritmo. Creo que se van orgullosos y es lo mínimo que les podíamos dar", explicó el técnico. Para Aroca, el Villarrubia hizo "un partido muy serio, sobre todo, en la segunda parte, que creo fue memorable. Después llegamos a la tanda fatídica y nos quedamos a un penalti de clasificarnos", repasó Aroca. "Nos tuvimos que recomponer por las lesiones y fue un auténtico ejercicio de supervivencia. Nos quedamos a un penalti de clasificarnos, pero esto es el fútbol. Nos tocó cruz y hay que levantarse".

En el capítulo de lesiones, Aroca tuvo que improvisar una y otra vez con las lesiones de Julio Insa, Socorro y Roy. Además, Samuel Yemoh sufrió una luxación de hombro, pero el fisioterapeuta del club, Santos Mora, colocó el hombro en su sitio, le hizo un aparatoso vendaje y terminó el partido como pudo.

El viaje de vuelta fue largo y difícil con el fantasma de los penaltis en el autobús después de rozar esa cita histórica. La expedición llegó pasadas las 3 de la madrugada y esta mañana volvió al trabajo en el Nuevo Campo para estirar las piernas. El Formac Villarrubia regresó al trabajo en la matinal de este jueves para preparar el partido de este sábado, a partir de las 17:00 horas ante el Illescas.

 

CARLOS GARCÍA. Carlos García, capitán del equipo, autor del gol y que falló una pena máxima en la tanda, admitió que el equipo "hizo todo lo que estaba en nuestra mano para llevarnos el partido. Queríamos hacer un partido largo y al final se decidió en la lotería de penaltis. No hay nada que reprochar al equipo porque nos dejamos la vida. Plantamos cara a un conjunto de Segunda RFEF, aunque se te queda la espinita de quedarnos a un penalti de la Copa del Rey. La suerte no cayó esta vez de nuestro lado y tenemos que levantarnos porque el sábado estamos otra vez compitiendo con el Illescas. Hay que resetear la cabeza y a pensar ya en la Liga".

Finalmente, Pablo Burillo, presidente de la Federación de Fútbol de Castilla-La Mancha, que acompañó al Villarrubia en Alzira, felicitó al conjunto blanquiazul porque "fue un digno rival, fue una pena que perdiera en los penaltis porque los jugadores lo dieron todo. Desde la Federación de Fútbol de Castilla-La Mancha estamos muy orgullosos de cómo han representado a la región".