Menos de un 1% de infestación alta por procesionaria en 2020

Ana Pobes
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El Gobierno regional prevé que estos buenos datos se mantengan también este año, en el que se espera contar con doce puntos de control en varios municipios de la provincia

Menos de un 1% de infestación alta por procesionaria en 2020 - Foto: TOMÁS FERNÁNDEZ DE MOYA

La procesionaria es un insecto lepidóptero que nunca se ha llegado a ir, y su plaga es cíclica, pues no se manifiesta de la misma manera en todos los pinares y los ejemplares vuelven a recuperarse y a presentar su aspecto natural. El año pasado, gracias a los tratamientos y el control llevado a cabo por la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, el alto nivel de infestación se situó por debajo del uno por ciento. Una buena noticia si se tiene en cuenta que el año 2016 fue «especialmente problemático con un 38 por ciento de las masas afectadas por niveles de infestación 4 y 5, es decir, por defoliaciones fuertes o muy fuertes en bordes y pies aislados y en toda la masa» , como así lo recoge la memoria del Plan de lucha integrada contra la procesionaria del pino en Castilla-La Mancha.

El jefe de sección de Política Forestal y Espacios Naturales, Manuel Oliver, en declaraciones a La Tribuna, explica que a lo largo del año se llevan a cabo dos tipos de muestreos. Uno, sobre el daño que hace la procesionaria al comer sobre el pino y que se realiza entre finales de febrero y principios de marzo. Así, explica, después del invierno, cuando deja de alimentarse, se hace una prospección en la provincia y se determina el nivel de daño que ha provocado. Otro de los muestreos es a través de «trampas con feromonas», que se controlan  desde junio al mes de septiembre. Y todo eso, señala, es lo que falta por hacer este año, donde la previsión es que el nivel de infestación «se mantenga igual de bajo que el año pasado». A primera vista, subraya, «parece que no van a ser demasiados los daños que ha habido», pero reconoce que todavía es pronto para hacer pronósticos.    

Marcado en rojo en el calendario está 2016, cuando se vivió un repunte de poblaciones de manera que una parte de los pinares tuvieron infestaciones elevadas. A partir de entonces, recuerda Oliver, se produjo un descenso. «Esta plaga suele ser cíclica. Son cinco, seis o siete años cuando se registran los mayores vuelos y daños. A partir de ese año, ha ido descendiendo y el año pasado fue por debajo del uno por ciento sobre la masa de pinar de la provincia, que cuenta aproximadamente entre 80.000 y 85.000 hectáreas».

Dentro del plan de lucha integrada contra la procesionaria del pino en Castilla-La Mancha, que se viene desarrollando desde 2008, se cuenta con doce puntos de control en la provincia y en cada uno de ellos se instalan cinco trampas que «se muestrean cada seis, ocho o díez días». El año pasado, y según los datos aportados por la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, se instalaron en Navas de Estena, Fernán Caballero, Fuencaliente, La Solana del Pino, Saceruela, Socuéllamos, Abenójar, Puertollano, Puebla de Don Rodrigo y Viso del Marqués, donde en estas dos últimas localidades se ubicaron dos puntos. Municipios donde se prevé que se instalen también este año.  

Se llama procesionaria por su particular forma de desplazarse desde los árboles al suelo. De forma alineada, como si de una procesión se tratase. El insecto cuenta con unas vellosidades urticantes y que causan alergias y provocan irritación de ojos, nariz y oídos en las personas y en los animales.