A pesar de que todavía no ha finalizado el mes de febrero ya han comenzado a verse las 'procesiones' de orugas que se forman en muchos árboles de la ciudad, una plaga, la procesionaria, que se está combatiendo ya desde el Ayuntamiento de Ciudad Real y que llega de nuevo de forma anticipada por el cambio climático, con las temperaturas primaverales registradas este mes de febrero. 

«El cambio climático, con el aumento de las temperaturas y la escasez de lluvias, está provocando un sistemático adelanto de los primeros ejemplares de procesionaria en los pinos, que antes no aparecía hasta bien entrada la primavera»,  detalla la Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental (Anecpla), que insiste en la importancia de «llevar a cabo con antelación las medidas oportunas de prevención». 

En el Ayuntamiento de Ciudad Real ya están inmersos de hecho en estas tareas. Actualmente se tienen instaladas trampas con feromonas en los árboles con el objetivo de capturar las orugas, que se retiran conforme se van detectando. «Es importante que si la ciudadanía ve bolsas de procesionaria u orugas, que nos lo notifique por la Línea Verde y actuamos», afirmó a este diario la concejala de Sostenibilidad, Mariana Boadella, en ese llamamiento a la colaboración de los vecinos. 

Del mismo modo, indicó que desde el área de Sostenibilidad se viene actuando «en un corto periodo de tiempo» en cuanto se reciben esos avisos a fin de atajar con tiempo el problema de la procesionaria y de evitar que se convierta en una plaga. 

«Este insecto está ampliamente extendido por toda España y, pese a su pequeño tamaño, acumula una devastadora capacidad para destruir los árboles donde anida y generar fuertes reacciones alérgicas, tanto en personas como en animales- a quienes puede llegar a provocar la muerte», detalla la asociación en un comunicado de prensa.