No hay buenas noticias sobre las reservas de agua. En el caso de la cabecera del Tajo, de la que parte el trasvase al Segura, los embalses de Entrepeñas y Buendía están en estos momentos al 21,8 por ciento de su capacidad, con 548,69 hectómetros cúbicos almacenados según el último dato registrado por la Confederación Hidrográfica del Tajo, que anotó que en una semana habían bajado 17,45 hectómetros cúbicos. 

Con esas cifras Entrepeñas y Buendía están en lo que se considera una situación hidrológica excepcional o nivel 3. El problema es que el último informe que se estudió en la Comisión de Explotación del Acueducto, a comienzos de agosto, ya avisaba de que esta situación excepcional podría mantenerse así durante el próximo semestre. Es decir, que seguiría sin mejorar de nivel en lo que queda de 2022. «Si se confirmaran las aportaciones de cálculo supuestas, correspondientes al percentil del 20 por ciento, se mantendría el nivel 3 durante todo el semestre», advierte el informe que realiza el Cedex para la Comisión.

Esta situación hidrológica excepcional podría mantenerse a pesar de las lluvias que se esperan para otoño. Además limita la capacidad de enviar trasvases a 20 hectómetros cúbicos. Es más, durante los últimos meses ni siquiera se ha alcanzado esta cifra, pues fueron 10 hectómetros cúbicos para agosto, 13 para julio o 16 para junio.

El caso es que el agua sigue saliendo de la cabecera del Tajo. A comienzos de agosto quedaban todavía 51,3 hectómetros cúbicos pendientes de trasvasar, a los que hay que sumar los 10 acordados en este mes. Eran 45,3 para el Segura de trasvases autorizados previamente y que todavía no se habían mandado y otros 6 para el Guadiana. Además la evaporación también hace de las suyas y solo en julio el calor hizo que se evaporaran 8,5 hectómetros cúbicos de Entrepeñas y Buendía.