Diego Murillo

CARTA DEL DIRECTOR

Diego Murillo


El adiós de Ciudadanos

16/01/2023

A punto de concluir la legislatura, Ciudadanos está entre sorber o soplar. Sabe que las dos cosas a la vez no pueden ser. La abstención del presidente del Impefe y concejal de Promoción Económica a los presupuestos de 2023 no fue baladí. Abrió una grieta en la formación naranja - refundada esta semana por enésima vez- que puso en peligro la estabilidad del equipo de Gobierno de cara al periodo electoral. Sin embargo, la prudencia ha prevalecido. No sabemos hasta cuándo. Conscientes de que Ciudadanos no rescatará ninguna representación -no hay que ser muy gurú para tal pronóstico-, poco a poco, los concejales y la alcaldesa deshojan la margarita sino lo han hecho ya. El presidente del Impefe, Pedro Maroto, en una entrevista concedida a La Tribuna de Ciudad Real, elude de forma clara sus intenciones. Pero deja entrever un posicionamiento en el caso de que el Partido Popular llame a su puerta. Los rumores se destaparon en el último Pleno de 2022 en torno a un posible fichaje en las listas de Francisco Cañizares, que en breve será oficialmente designado para repetir como candidato a la Alcaldía. 
La otra incógnita estará en conocer cuál será la decisión de la propia alcaldesa, Eva María Masías. No tanto en si repetirá como candidata sino con qué marca. Un trasvase de la líder de Ciudadanos a otra formación no se vería con buenos ojos, sobre todo, por los codazos que han imperado en estos últimos cuatro años. En aquel momento, desde estas mismas líneas, radiografié lo que podía ser esta legislatura en dos manos – o en cuatro, según se mire-. Poco o nada desvíe el tiro. 
Más allá de las dificultades, que las ha habido y no minúsculas, la experiencia de dividir en dos años la Alcaldía no ha resultado muy amistosa. No tanto por el funcionamiento del día a día, que en su primera etapa estuvo condicionado por la pandemia, sino por la desconfianza en la pareja de baile. En estos primeros meses habrá discursos triunfalistas de cómo se ha conseguido cumplir en parte, por ejemplo, con el Plan 2025 de Ciudad Real. Buena parte en ejecución, otra en proyección y más en intenciones. Sin embargo, si se les preguntara a los protagonistas -porque esto no se trata solo de las alcaldesas- de ambos partidos, PSOE y Ciudadanos, si repetirían la experiencia, pocos o ninguno estaría a favor. Está claro que es otro tiempo y otras circunstancias. Pero las convivencias en los gobiernos entre partidos no suelen ser agradables. Que se lo digan al propio Pedro Sánchez con su coalición más allá de la Moncloa o al propio Page con Podemos en la anterior legislatura. O al PP de Castilla y León con Vox. Está claro que los acuerdos funcionan a regañadientes y si son forzados, peor aún. Vista la demoscopia, las coaliciones se perpetuarán y Ciudadanos, en ese papel de moderador de la política al que estaba llamado, desaparecerá en el centro asfixiado por los extremos. Ni siquiera a nivel local conseguirá sobrevivir, incluso con el bastón de mando en ciernes como es el caso de Ciudad Real. El propio Maroto reconoce la descomposición del partido, de la dificultad de conciliar, de subsistir, de decir adiós de la forma más digna.