El Ayuntamiento de Ciudad Real estudia la posibilidad de solicitar los fondos europeos para implantar el ‘Ciudad Real Central’, la zona de bajas emisiones que debe poner en marcha obligatoriamente a tenor de la nueva Ley de Cambio Climático y que supondrá la prohibición de acceso a ciertas calles de los vehículos más contaminantes.
La cantidad máxima a la que optaría la capital rondará los 5,5 millones de euros, en concreto 3,2 millones a través de una primera adjudicación y, si sobrara dinero de la convocatoria, 2,3 millones restantes más en el caso de que se desarrollase una segunda adjudicación.
Fondos europeos para crear la zona de bajas emisiones - Foto: Tomás Fernández de Moya«Estamos estudiando todo lo que se pide en esta semana y la que viene tomaremos la decisión», afirmó a este diario la concejala de Urbanismo y Movilidad, Raquel Torralbo, quien comentó que todavía no tienen cerrada la inversión total que supondrá la creación de esta nueva zona de bajas emisiones en la capital, con la que se sufraga hasta el 90 por ciento sin IVA a través de la convocatoria de fondos europeos.
El Ministerio de Transporte, Movilidad y Agenda Urbana (Mitma) fija que los municipios tienen hasta el 30 de septiembre a las 14.00 horas para solicitar las subvenciones, para lo que se ha habilitado una plataforma web específica en la sede electrónica del Mitma. El programa prevé repartir 1.000 millones de euros entre municipios de más de 50.000 habitantes y capitales de provincia, aunque las ayudas también podrán llegar a los de más de 20.000 que, por ejemplo, tengan transporte público colectivo.
El objetivo de Ciudad Real es destinar este dinero a los cambios de sistemas modales, a la creación de disuasorios, la reducción del tráfico en la zona de bajas emisiones, recorridos peatonales, la implantación de carriles-bici o medidas de detección y señalización, dijo la edil.
Se trata de la primera convocatoria lanzada por el Ministerio de Transportes con este programa de ayudas incluido en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR), con el que se quiere acelerar la descarbonización de las ciudades, mejorar la calidad del aire y mitigar el ruido mediante el impulso de zonas de bajas emisiones, la transformación sostenible del transporte público colectivo y la digitalización de la movilidad.