La Indicación Geográfica Protegida (IGP) del cordero manchego casi duplica la venta de canales certificadas en los últimos cinco años. La incorporación de dos nuevos mataderos en 2014 ha contribuido a pasar de los 15.401 corderos vendidos en ese año a los 30.151 del año pasado.

Los datos aportados por la Indicación Geográfica Protegida reflejan que el volumen de comercialización de este producto bajo la ‘marca’ manchego ha ido registrando ciertos altibajos, ya que tras el salto registrado de 2014 a 2015 pasando de las 15.401 a 30.698 canales certificadas, en 2016 se produjo otro leve incremento hasta llegar a las 31.708. Pero a partir de entonces, la comercialización de cordero amparado bajo las siglas IGP ha ido cayendo poco a poco hasta las 30.470 en 2017 y las 30.151 de 2018.

El motivo de este ligero descenso comenta Francisco Alfaro, secretario técnico de la IGP, es que el consumo de cordero ha bajado en los últimos años, y por lo tanto, también el que se comercializa con el apellido de manchego. A pesar de sus bondades, en España el consumo de esta carne ha caído con unas cifras que se sitúan en 1,5 millones de kilos por habitante al año cuando hace al menos 15 años se llegaba a los ocho kilos. Un «bajo consumo» si se compara con otros alimentos como, por ejemplo, el pollo, del que se consumen 30 kilos. «Hay un déficit de consumo, y también se ha notado en el cordero», argumenta en declaraciones a La Tribuna.  

Si los datos se comparan al cierre de 2017 con el de 2018, supone un descenso de un 1,04 por ciento en su comercialización de canales con 30.470 en 2017 frente a las 30.151 del año pasado. Así con estas cifras encima de la mesa, el objetivo de la IGP pasa ahora por incrementar esas cifras con el reto de que el cien por cien de los operadores que sacrifiquen o comercialicen cordero manchego en la zona amparada participen en la Fundación Consejo Regulador de la IGP cordero manchego.

En relación al volumen económico generado por los cuatro mataderos de la región que sacrifican  corderos amparados por la IGP se situó el año pasado en 2.760.282 euros, cantidad muy distante a los 468.382 euros y que corresponde, explica Alfaro, al precio del cordero cada año multiplicado por los kilos vendidos.

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