José Luis Loarce

Con Permiso

José Luis Loarce


Humor manchego

29/03/2022

Estaba más o menos sistematizado una pintura manchega, una literatura (poética) manchega, un cine manchego… Más por determinación geográfica de nacimiento o adopción que por una manera distinta de mirar y ver, dependiendo desde qué lugar se produzca esa mirada o por un clima ambiental diferente según las musas. En la periferia madrileña de una diáspora demográfica y cultural que no ha paliado el Ave por mucho «piénsatelo» de ida/vuelta en el día, y globalizados en la postecnología, La Mancha advierte señas de identidad propias para su humor, según la carta de identidad que la valdepeñera, residente en Madrid, Rosa Peñasco ha establecido en su libro reciente de la BAM, El misterio del humor manchego.
Título que no resuelve una intriga ni busca al culpable, pero sí intenta encontrar un venero común en lo manchego. Carácter o impronta, mentalidad o psicología social, costumbres o atraso, ruralidad o resignación, el caso es que mi tierra ha devenido en una suerte de hiperbólica condición que se eleva sobre lo real hasta adquirir la condición entre mágica, surrealista o imaginaria de la que no sé si enorgullecernos, pese a la fama y popularidad que nos proporcionan Millán Salcedo, José Mota, Agustín Durán, Joaquín Reyes y los cineastas Pedro Almodóvar o José Luis Cuerda. Es la nómina de famosos a los que la autora de este ensayo se agarra para articular su conceptualización del humor con denominación de origen, aunque en muchas casos su recorrido, entre bromas de redes sociales y veras del entorno sociológico/visual me recuerde vivamente a aquella célebre Celtiberia Show de Luis Carandell en la revista Triunfo, luego recogida en libro.
En un tiempo paradójico y contradictorio, donde disfrutamos lo diferente regional/provincial/local a la vez que nos homologamos con el mundo que viste, calza y consume las mismas series televisivas, no se puede negar que el Cervantes que tanto conoció y corrió esta tierra —al cabo siempre de paso, por mucha promoción turística— por algo situó al dúo Quijote/Sancho en este lugar de lugares, lugar sin nombre, de gente alucinada y sobrepasada, escribiendo al compás de los vientos más literarios del mundo, un libro de libros, de auténtico humor a carcajadas. E inaugurando así la genealogía de nuestra delirante y algo tronada condición humana.
Esta geografía plana y seca, de arrieros e iluminados, de máscaras guarronas y carnavaladas trágicas, que ha dado a la Historia personajes tan universales/provincianos como Gregorio Prieto —quiso exportar molinos y se hizo uno para sí—, Sara Montiel, Antonio López, Paco Nieva o Dionisio Cañas, no es una tierra cualquiera. Loco misterio eterno encerrado en el enigma de lo cotidiano.