Alberto Carlos Gutiérrez es un niño de 10 años de Ciudad Real que estudia en el colegio Santo Tomás y que a partir de esta temporada militará en el conjunto alevín del Real Madrid. Delantero muy habilidoso, zurdo y rápido, sus cualidades no han pasado desapercibidas para el club blanco, después de dos campañas militando en el Rayo Vallecano y Leganés.

Vivir y estudiar en Ciudad Real y entrenar y jugar en la capital de España requiere grandes sacrificios. Así, el compromiso es acudir a dos entrenamientos a la semana a la Ciudad Deportiva de Valdebebas más el día del encuentro, de tal forma que a veces tiene que pedir permiso para salir un poco antes de sus clases y hace los deberes en el coche de camino a Madrid. 

Tras el entrenamiento, otras dos horas de vuelta a casa y así todas las semanas del curso para irse abriendo hueco en un mundo tan complejo. 

Hasta los doce años no existe la posibilidad de quedarse en la propia residencia del Real Madrid y cursar allí los estudios. «Allá donde va destaca y llama la atención», asegura su tío Daniel, que llegó a jugar ocho años en el Rayo.

Alberto Carlos Gutiérrez ha firmado estas campañas impresionantes cifras goleadoras. este año anotó 37 goles en 23 partidos, siendo el máximo realizador y un jugador muy importante en el liderato de grupo que obtuvo el Leganés en su grupo de la Primera División benjamín. 

Tras empezar a jugar al fútbol en el colegio Santo Tomás, pronto empezó a destacar. En la temporada 2019-20 jugó en el Benfica portugués en el Torneo de Hortaleza, donde recibió el premio al mejor jugador del torneo y su familia ya recibió la primera llamada del Real Madrid. 

Continuó su carrera en el Rayo Vallecano y Leganés, siendo el máximo goleador de su equipo y ahora desea seguir creciendo en el club del que es aficionado, el Real Madrid, y con el que este sábado pasaba reconocimiento médico.