Mediadora en la Moncloa

M.Sánchez (SPC)
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La figura de Yolanda Díaz cobra cada vez más relevancia en la coalición como un elemento de distensión entre los socios

La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social - Foto: J. J. Guillén

No hay problema o cuestión por resolver en el Ejecutivo de coalición ante el que no miren todos de reojo a la vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. Su opinión se escucha con interés desde el PSOE, pendiente como dicen los analistas de que no les coma el terreno en el sector de votantes que se sitúa más a su izquierda. Y también en Unidas Podemos, que ve en ella una defensora de los postulados morados a pesar de no ser un miembro del partido. Porque no hay que olvidar que la actual líder de la formación que capitaneó Pablo Iglesias es Ione Belarra, aunque la omnipresencia de Díaz a veces lo haga complicado.

Sea como fuere, la voz de la titular de Trabajo resuena en cada polémica que surge entre los socios de coalición y, de cara a la galería, mantiene una relación cordial tanto con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, como con los ministros socialistas, además de con todos los miembros de Unidas Podemos y más aliados.

Hasta ahora, Díaz ha ejercido a modo de mediadora en las tensiones, acercando posturas y restando importancia a unas diferencias ideológicas que ella enmarca dentro de la normalidad democrática de un Gabinete integrado por varios partidos. Ocurrió en la crisis de Ucrania, en la polémica por las declaraciones de Garzón, en la Ley de Vivienda y ahora, con más fuerza que nunca, en la carrera para cerrar un acuerdo que permita sacar adelante la reforma laboral.

Si bien es cierto, cada una de estas situaciones ha sido aprovechada a modo de palanca por parte de la comunista para recordar a Sánchez que debe respetar los acuerdos de coalición si quiere seguir en La Moncloa, y para reforzar su postura política ante otras fuerzas.

Así ocurre ahora con la ronda de contactos que Díaz ha emprendido con diferentes formaciones y agentes sociales para lograr apoyos que den luz verde a la reforma laboral, uno de los proyectos estrella de la legislatura. Unas conversaciones en las que la vicepresidenta segunda asegura seguir la línea marcada desde Moncloa pero en las que va más allá que el propio Sánchez, al descartar, por ejemplo, un eventual apoyo a la norma de Ciudadanos pues lo considera contrario al respaldo de otros socios prioritarios como ERC, PNV y EH Bildu.

Desde que se iniciaron las negociaciones, la titular de Trabajo siempre ha dejado claro que su objetivo era el de «cuidar» al bloque de la investidura. Además, a su juicio, la aritmética parlamentaria es simple en este sentido: si Cs vota a favor de la reforma (en los términos que impusieron los de Arrimadas), formaciones como ERC, PNV o EH Bildu votarán en contra, por lo que no habría una mayoría suficiente para sacarla adelante.

 

Proyecto propio

En lo que respecta a la relación entre Díaz y Belarra, la líder morada apoya a la vicepresidenta, pero a la vez reivindica protagonismo en un espacio de Gobierno que, entiende, no sería posible sin la presencia de su partido. «Podemos, respecto a Yolanda Díaz, es la máxima generosidad, sin dejar tampoco que nadie se comporte de manera abusona», afirmó hace poco Juan Carlos Monedero como uno de sus fundadores.

Habrá que ver como evoluciona esta relación cuando Díaz ponga sobre la mesa las líneas del proyecto político nuevo que encabezará en las próximas generales. Entonces llegará el momento de ver si su papel de mediadora es sustituido por el de rival.