El curso escolar 2022/2023 ha comenzado esta mañana con una palabra en la mente de los padres, los docentes y los equipos directivos: normalidad. Tras los dos años de pandemia en que los centros cambiaron las aulas por los salones de casa, tuvieron que sectorizar los centros para separar a los estudiantes y se cerraron las aulas a las familias, este curso arranca con la rutina perdida de ver a los padres visitando colegios para conocer dónde estudiarán sus hijos o como en el colegio Alcalde José Cruz Prado con una bienvenida musical, compartida por todos los estudiantes y sus padres. "Esta tradición de recibir el curso todos en comunidad y con música la hacíamos desde siempre, al menos desde que yo estoy en la dirección, y luego con la pandemia ha sido imposible", explicó la directora del colegio, Fátima García.

La encargada del centro puso voz a esa sensación de "tranquilidad" porque no hay normas COVID, pero también de "incertidumbre" por la aplicación de una nueva ley, la Lomloe, solo en los cursos impares de momento. Dos leyes educativas conviven en el aula y esto implica, por ejemplo, que haya dos horarios del centro, "al convivir Lomce y Lomloe, no cuadran las sesiones de los grupos pares con los impares", lo que ha implicado encajar clases para que no afecte al arranque del curso. Después vendrá la aplicación en el aula y, para ello, reunieron  a los padres el miércoles, antes del arranque del curso. Conocieron cómo iba a funcionar tras el COVID, con su reapertura a las familias, y la nueva ley educativa. De momento preocupa más lo primero que lo segundo y "los padres querían saber qué restricciones COVID íbamos a tener, les dijimos que ninguna, a menos que haya instrucciones diferentes". 

En cuanto al fin de la pandemia, desde el centro ven con "alivio" que se acaben las medidas COVID, aunque advierten que hay algunas medidas que han decidido mantener como la sectorización, lo que hará que haya dos recreos, uno de primero a tercero y otro de cuarto a sexto de Primaria, para que haya menos alumnos en el patio. "Vamos  a mantener sobre todo la higiene de manos, que es algo que se debe quedar, porque es necesario lavarse cuando suben del patio o de educación física" y también "la ventilación, porque enfermedades víricas siempre hay y ha habido".  Este recuerdo a la pandemia, por ejemplo, se ve en los pasillos o en las escaleras, aún delimitados por tiras en el suelo para señalar la zona por la que subir y por la que bajar. Señales que son una ayuda a la hora de organizar los recorridos por el centro más allá de la pandemia. 

Un curso de 'normalidad' para los alumnos y los padres - Foto: Tomás Fernández de Moya

Hay que tener en cuenta que este centro educativo es uno a los que la subida del IPC y el incremento del coste de los libros no afectará tanto, gracias a un banco de libros que comenzó el AMPA hace unos años y que permite a las familias tener en préstamo los libros, lo que implica un ahorro, pero también "un beneficio medioambiental" al reutilizar los materiales. 

Otra particularidad de este curso que afecta al Alcalde José Cruz Prado, este año será el que verán levantarse un pabellón en su patio. Se trata de una reivindicación histórica, llevan más de una década solicitando estas instalaciones que permitan a los estudiantes seguir en el patio en los días de lluvia. "Nos queda saber cuándo empiezan, pero la bomba de noticia fue cuando nos dijeron que iba a hacerse". 

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