Aitor Rentería, nacido en San Sebastián y residente en Bilbao, es un artista de larga trayectoria que el pasado viernes recibió el XXXIPremio López Villaseñor de Artes Plásticas, un galardón al que ya concurrió en el pasado y estuvo entre los galardonados. Cuatro años después repite presencia, pero desde lo más alto de la lista de artistas seleccionados.

Acaba de ganar el premio Pintor López Villaseñor, ¿cómo valora este galardón?

Muy positivamente. Creo que es uno de los mejores premios que hay a nivel nacional. La verdad es que estoy encantado con el premio. Ya había participado otra vez y me gustó el criterio del jurado para repartir los premios (quedó en segundo lugar en la edición de 2018). 

¿Qué le impulsó a participar en esta edición del certamen?

Bueno, llevo varios años participando en varios concursos. Uno de los señalados es, evidentemente, el López Villaseñor. Como hace unos años conseguí el segundo, me presenté a ver si podía conseguir el primero.

Su obra, Azul como origen, es muy distinta de otras piezas suyas que se pueden encontrar en redes sociales ¿es una propuesta de riesgo?

La verdad es que no sé muy bien lo que sale de mi obra en redes sociales, porque a veces lo que se ven son cosas de hace años y que tienen poco que ver con lo que hago ahora. Para mí todas las obras son diferentes. Para mí todas las obras tienen algo diferente. Yo no trabajo una obra sola, sino que parto de una idea y luego la voy reformando, por lo que la mayoría de las veces, o no sale lo que yo quería desde un principio, o voy cambiando sobre la marcha. 

En cuanto al riesgo, para mí lo es cada cuadro. Cada cuadro es una evolución del anterior y me sirve de punto de partida para el siguiente. Aparte que no me gusta mucho repetir cosas de un tema. Trabajo por temas y dentro de una serie hago cosas más figurativas, otras veces más geométricas.

El premio lleva asociada la organización de una exposición individual en el Museo López Villaseñor, ¿ya se ha planteado qué enfoque la va a dar a esa muestra?

A mí me gusta mucho la obra en tres dimensiones y estoy trabajando en eso. La exposición del año que viene, si tengo obra suficiente, probablemente vaya en ese sentido. Quizá también mezcle ahí dos o tres cosas que he trabajado ahora. Todavía no lo tengo muy definido, pero sí que me gustaría meter obras que muestre qué es lo que estoy haciendo. 

¿Qué papel juegan los premios en la actividad y la carrera de un artista?

Evidentemente, eso depende del artista, pero en el ambiente en el que yo me muevo los premios son muy importantes de cara a la visibilidad y el reconocimiento de la obra, porque al final hay muchos artistas que no trabajan con galerías y que no tienen otra vía de dar a conocer su obra. Cuando te dan un premio importante, como puede ser el López Villaseñor, te da mucha repercusión en los medios. Eso es importante de cara a la carrera de un artista. 

¿Qué le atrae de la realización de obras de gran formato?

Para empezar, el formato grande para mí es un reto. Si tienes ganas de ponerte a prueba a ti mismo, pintar en grande es un reto superior, que hacerlo en pequeño formato. Dependiendo de la idea, se puede hacer una obra que cree una imagen contundente dentro del cuadro. De todos modos, la idea es lo que te dice cómo tiene que ser el formato. Cada formato tiene también sus imágenes adecuadas. Yo trabajo indistintamente con grandes formatos, con medianos y también con pequeños. El gran formato tiene muchos alicientes, pero también tiene algunas cosas que a mí no me acaban de llenar mucho, que es muy espectacular y a veces el tema no lo pide. A mí me gusta que las obras sean 'justas', por así decirlo.