Un burlador al desnudo, que poco a poco va tejiendo su red de mujeres víctimas de su sometimiento y del que se van conociendo sus desmanes en una obra que entrelaza distintos espacios temporales, pero que muestra una perspectiva contemporánea del mito de Don Juan. Esta es la propuesta de la Compañía Nacional de Teatro Clásico que se ofrece este fin de semana en Almagro (hoy domingo es la última representación) y que ha convencido al público, que el sábado ovacionó durante varios minutos. 

Una puesta en escena que llega tras su estreno en Barcelona, en el Festival Grec, sencilla, pero original y muy visual, de este Burlador de Sevilla "nos habla de una necesidad de regeneración profunda de una sociedad", como indica  Xavier Albertí, quien versiona y dirige el espectáculo de esta obra atribuida a Tirso de Molina. 

Una visión que cobra plena actualidad con los debates sobre la violencia hacia la mujer, la sexualidad, los roles estereotipados, la prostitución o la transexualidad. "La obra contiene una mirada sobre la violencia ejercida hacia una sociedad que se siente en un proceso de degradación y, más concretamente, sobre una violencia ejercida sobre el cuerpo de las mujeres", detalla Albertí. 

'El Bulardor de Sevilla' encandila en Almagro

Un yugo masculino sobre el que no tenían posibilidad de rebelarse las mujeres y que al caer presas de su burlador veían dañado para siempre su honor, con el fuerte sentimiento de rabia y de venganza como el que ofrece en la obra Tisbea, quien rescata en el naufragio a Don Juan y cae víctima de sus falsos juramentos de casamiento. 

Destaca la gran interpretación de Mikel Arostegui (Don Juan), en esa feroz y ardiente posesión con la que siempre quiere hacer prevalecer su posición sobre las mujeres, pero también la de Jorge Varandela en el papel de su audaz y satírico criado; la de Arturo Querejeta, en su papel de asusto embajador y padre de Don Juan; la de la desgarradora Tisbea (Isabel Rodes) o Antonio Comas en su interpretación de rey de Castilla, de Nápoles o en su versión divertida de músico cantando y al piano en una obra que, aunque quizás algo larga, convenció en Almagro.