José Rivero

Doble Dirección

José Rivero


El sello y la calle

29/12/2021

Coincide el mes de tiempo transcurrido entre el fallecimiento (27 de noviembre) de la escritora madrileña Almudena Grandes con tres hechos añadidos en la estela de las rememoraciones y homenajes. Que tuvieron un inusitado volumen en el periódico en el que colaboraba Grandes, tanto en la columna de los lunes, como en sus entregas de El País Semanal, con las piezas llamadas Escalera interior. Volumen informativo que daba cuenta de la muerte de 'uno de los nuestros', como pocas veces se había visto en el diario de la calle Miguel Yuste. Y eso que antes habían desaparecido piezas fundamentales en la vida del diario, como Javier Pradera, Eduardo Haro Tecglen, Manuel Vázquez Montalbán o Juan Cueto. Pero el multiplicador efecto Grandes, habrá que asignarlo al sentimiento provocado por una inesperada desaparición de una mujer todavía joven y comprometida políticamente, que contaba con una amplia nómina de lectores fieles y entregados. Hechos añadidos diversos y de factura desigual, pero que inciden en el recordatorio de una escritora controvertida por sus opiniones más que por sus novelas, como manifiesta con certeza Fernando Aramburu, en su texto del 26 de diciembre en El País, Almudena Grandes en primer plano, cuando afirma lo de «la separación neta entre la creación propiamente literaria y las inevitables sujeciones de la prosa coyuntural; que descargaba, pues, lastre ideológico en sus columnas del periódico». El primero de esos hechos, es el sello homenaje que saldrá a la calle en una iniciativa de la Sociedad estatal Correos y Telégrafos. El segundo –de tono local– es el acuerdo del pleno municipal del mes de diciembre –tras la iniciativa del grupo de Unidas Podemos– de estudiar dar el nombre a una calle con el nombre de Almudena Grandes. Circunstancia, la de dar nombre de escritores diversos a calles locales, que en Ciudad Real no se prodiga. Baste revisar el callejero, para advertir el canijismo de reconocimientos. Solo las excepciones de Juan Ramón Jiménez, José Castillejos, Cela, Aleixandre o Delibes. O las muy lejanas de Quevedo o Bernardo Balbuena. Que Almudena Grandes pase a tener calle en Ciudad Real, puede ser razonable, pero señala el vacío precedente de esos homenajes que van desde Antonio Machado a Valle Inclán, desde Unamuno al más próximo Azorín. Y el tercer hecho referido, es el comentado texto de Aramburu, colega en Tusquets de Grandes. Que al tiempo que reconoce el desaire madrileño, marca distancias –se ha tomado el mes de reflexión necesaria– con la suerte de hagiografía desplegada en torno a la obra de la escritora desaparecida tempranamente.