Apenas diez días después de que la borrasca Filomena descargara la gran nevada sobre el centro peninsular, el Consejo de Ministros aprobó ayer la declaración de zona catastrófica para ocho comunidades autónomas afectadas, entre ellas Madrid y Castilla-La Mancha. Una declaración que recuerda a aquella que se solicitó por parte de la capital como consecuencia de la gran granizada que se registró el 11 de agosto y que causó multitud de destrozos.
Sin embargo, las instituciones implicadas nada saben del estado actual de dicha petición. Desde el Ayuntamiento de Ciudad Real indicaron que carecen de comunicación al respecto y que la documentación se remitió para su tramitación. También desde la Subdelegación del Gobierno informaron que se tramitó por el técnico de Protección Civil y se remitió a la Delegación de Gobierno, la cual a su vez la envió a Madrid, al Ministerio de Interior, al tiempo que apuntaron a que se podría estar tramitando al durar «varios meses» dicho proceso.
Aquel pedrisco dejó granizo de entre 5 y 8 centímetros, descargó seis litros por metro cuadrado en cinco minutos y causó daños en viviendas, vehículos, naves o edificios de la ciudad, como la catedral, el Palacio de la Diputación o el Museo Elisa Cendrero. El Ayuntamiento habilitó un correo para canalizar los daños de particulares que recibió 2.000 correos en 48 horas.