"El test ha hecho que la atención primaria se desature"

Hilario L. Muñoz
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Este jueves, los farmacéuticos celebran su patrona, con la mirada puesta en la recuperación de todos los actos festivos típicos de unión, tras los dos años duros del coronavirus. De lo ocurrido y del futuro habla el presidente provincial y regional

"El test ha hecho que que la atención primaria se desature" - Foto: Rueda Villaverde

Izquierdo repasa con La Tribuna la salida de la crisis, con el recuerdo de la importancia que han tenido los test y el papel de la oficina de farmacia para que el COVID-19 no sea una de las principales preocupaciones de la sociedad.

¿En qué ha cambiado estos dos años de pandemia a la farmacia?

La farmacia sale fortalecida. Es cierto que al principio los aplausos no eran para los farmacéuticos, eran para otros profesionales sanitarios que estaban en el hospital fundamentalmente, pero con el tiempo, sobre todo los pacientes, se fue valorando a la farmacia y al farmacéutico como un profesional que siempre ha estado ahí, con las puertas abiertas, y que ha solucionado muchos problemas, garantizando la continuidad asistencial de todos los pacientes de Castilla-La Mancha. En el proceso asistencial del paciente intervienen distintos profesionales sanitarios y el farmacéutico, como especialista en el medicamento, es uno fundamental en ese pilar que debe sostener la atención primaria.

Uno de los aspectos claves de este tiempo ha sido la llegada de los test. ¿Hasta qué punto se puede ayudar al diagnóstico y desatascar la atención primaria?

No nos corresponde a nosotros la faceta del diagnóstico, pero lo que sí que está claro es que el test en oficina de farmacia trajo al paciente la posibilidad de poder determinar él mismo en su casa si tenía COVID o no y aplicar las medidas que han sido oportunas en cada momento. Eso ha hecho que la atención primaria también se desature. Ya no hay colas en las puertas de los centros de salud por la mañana para hacerse una PCR para saber si se tiene COVID-19 o no. Esto lo hemos visto en los centros de salud y el hecho de que esos test estén en la farmacia, en un espacio sanitario, en las que detrás hay un profesional que puede asesorar al paciente, es bueno y hemos ganado todos.

¿Se ha perdido el miedo a que haya test de diagnóstico en la farmacia?

Saber y conocer no nos debe dar miedo. Es bueno que un paciente se pueda autocribar y ya había experiencias previas. El test del COVID no es el primero que llega a la farmacia. En otras comunidades autónomas, el test del VIH ha abierto la puerta de la sanidad a los pacientes. Todas las facilidades que le podamos dar al paciente siempre son buenas.

¿Cómo está la situación de cara a la Navidad tras los picos de demanda del año pasado y la ausencia de test en ciertos momentos?

El año pasado hubo un problema mayúsculo porque había mayor conciencia, tal vez de COVID. Era la primera Navidad en la que se volvía tras mucho tiempo sin ninguna celebración. Esto, sumado a que tampoco había test provocó un problema de abastecimiento. Todo el mundo quería conocer si tenía o no tenía COVID para poder juntarse con los suyos. Al final, esa herramienta te permite determinar si puedes acudir o no a una cena familiar. Si te digo la verdad soy incapaz de saber si este año se va a provocar ese boom, aunque es cierto que los canales de suministro vamos aprendiendo de la pandemia y sí que se han actualizado y no debería existir ese problema, pero no me atrevo a decirte que no.

¿Cómo puede ayudar la farmacia a la situación de la primaria?

La farmacia y el farmacéutico pueden colaborar muy activamente. Ya demostró en la pandemia que es un pilar fundamental de la atención primaria, cada uno en el papel que le corresponde porque no se trata de hacer la función de otro profesional, sino de cuidar mejor al paciente y que necesite menos intervenciones. El farmacéutico puede atribuir mucho a la mejora de la calidad de vida del paciente, puede intervenir en la adherencia al tratamiento, puede intervenir en la evaluación de la efectividad y seguridad en colaboración con el médico y puede intervenir en la aparición o en la determinación de problemas relacionados con la medicación. Se puede hacer mucho y debemos aprender de lo que hemos vivido e integrar más al farmacéutico en cualquier nivel asistencial.

Otro aspecto del medicamento tras la pandemia es el aumento de los ansiolíticos, ¿cuál es la situación actual?

La pandemia ha dejado mella en muchos pacientes y no son solo los ansiolíticos, sino también los antidepresivos, que son medicamentos que no se dejan en una franja corta de tiempo. Hay gente que lo está pasando mal y no solo se trata de la prescripción, sino también ayudar a la desprescripción y ayudar a continuar ese tratamiento y ahí el farmacéutico también está en primera línea. No podemos hablar de incrementos, sino de una estabilidad, pero sí que puede ser una estabilidad aumentada.

Esas campañas suelen tener un aspecto social que cada vez está más claro dentro de la oficina de farmacia...

La oficina de farmacia siempre está abierta a la sociedad y siempre ha colaborado en todas las acciones y la percepción de los pacientes siempre ha sido muy buena.

¿Una clave de esa labor es evitar los bulos en las redes sociales?

Se ha intentado poner un parche porque vivimos en una era en la que el acceso a la información es muy fácil. Esto es bueno porque tienes acceso a mucha información fidedigna con hacer un clic, pero es importante aprender a valorar la fuente. Hay muchas fuentes que no son fiables y se lanzan a hablar consejos de salud sin una formación que les acredite para hacerlo. Esto es peligroso, porque hay mucha gente que confía en lo que sale en la tele o en los medios y tiene que haber alguien que ponga cordura y diga esto no es como dicen.

Un último apartado social de la farmacia es la despoblación. ¿Cómo pueden trabajar en este ámbito los farmacéuticos?

El botiquín es un recurso viable para una población donde una farmacia no es económicamente viable. Con el modelo actual llegamos a un 98 % de la población, que tiene acceso a la medicación a la vuelta de la esquina y además este sistema es un sistema solidario, eso quiere decir que no se discrimina entre el paciente que es Ciudad Real y el paciente que es del pueblo más pequeño de la provincia. El mismo paciente en una capital y en un pueblo muy pequeño tienen acceso a la misma medicación en la misma franja de tiempo. Si no lo tienen en la farmacia, en el pueblo más pequeño tiene garantía de que a la tarde o a la mañana siguiente lo va a tener igual que el paciente de Ciudad Real. Esto es un sistema solidario, que garantiza que ese 98% está atendido y que se respeta el acceso al medicamento. Actualmente, estamos trabajando con la administración para cubrir a ese 2% al que no llegamos. Queremos llevar al farmacéutico y todos los servicios que el profesional puede cumplimentar a ese medicamento, para darle valor a esa entrega. Ahora mismo estamos trabajando y espero que en un futuro cercano lo veamos hecho una realidad.

¿Cómo se hará?

Se asociará probablemente a oficinas de farmacia más cercanas a esas poblaciones y se designará un perfil de paciente que necesita la intervención del farmacéutico. Un paciente de una determinada franja de edad, polimedicado o crónico.