La música celebra su fiesta con poco apoyo

D. A. F.
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Los músicos aprecian una mayor vinculación del espectador, pero esperan más compromisos de la administración pública

Un concierto de la Orquesta Sinfónica de Castilla-La Mancha en el Teatro Quijano. - Foto: Tomás Fernández de Moya

Los músicos festejan hoy a su patrona, Santa Cecilia, en una situación en la que todavía están tratando de recuperarse de los efectos de la pandemia con escaso respaldo de las administraciones, aunque también hay señales positivas a las que aferrarse.

El director de la Orquesta Sinfónica de Castilla-La Mancha, una formación fruto de la iniciativa privada, Francisco José Velasco, explica que los músicos «hemos salido más fuertes de la pandemia» y resalta que en la región «hay muchas ganas de hacer música».

Sin embargo, advierte que falta apoyo de las administraciones, puesto que la ayuda que se recibe, «es casi siempre de las administraciones locales». Y pone como ejemplo de esa desatención el hecho de que no exista una orquesta sinfónica de Castilla-La Mancha con carácter oficial, «la única comunidad autónoma grande que no la tiene», subraya.

A su vez, el director de la Orquesta Filarmónica de La Mancha (Ofman), Francisco Antonio Moya, señala un efecto positivo del enclaustramiento por el COVID-19: «Nos permitió valorar y disfrutar más de la música en directo». A pesar de ello, reconoce que es «difícil recuperar al público de antes de la pandemia, pero ves que la gente valora la música en directo de verdad».

En un plano más general, el director de Ofman, demanda por parte de la sociedad y de las instituciones «una mayor valoración de la música de compositores de siempre, que sigue plenamente vigente». Y en segundo término, una apuesta «por la música española», con la zarzuela, «el género lírico español por excelencia», como elemento imprescindible.

Otro apartado es el de la falta de una orquesta de titularidad pública, sobre la que Moya advierte que en comunidades como La Rioja o Cantabria también carecen de una institución de este tipo, pero entiende que para Castilla-La Mancha sería positiva: «Todo lo que haga que la gente se acerque a escuchar música clásica es positivo».

También es positiva la marcha de la Banda de Música de la Agrupación Musical de Ciudad Real. Su director, Jesús Miguel Gracia, subraya que a diferencia de otras bandas más pequeñas que están teniendo problemas para volver a la actividad o han perdido efectivos. En su caso han aumentado el número de músicos a 95, cuando antes de la pandemia se movía en algo más de 80 integrantes.

Gracia opina que, en general, «la música va evolucionando a mejor gracias al sacrificio de los músicos, el público sigue asistiendo a los espectáculos y cada vez es más entendido». En este sentido, instó a los ayuntamientos y diputaciones a comprometerse con el apoyo a las bandas de música.

En cuanto a la falta de una orquesta oficial de la región, considera que es uno de los asuntos a solucionar, porque «la música es cultura y la cultura hace región», e incluso puede tener repercusión como atractivo turístico.

Por su parte, el director del Conservatorio Profesional Música Marcos Redondo, Antonio Fernández Reymonde, aprecia una pérdida de estudiantes que atribuye a que «los estudios de música son complicados y hay chicos que después de la pandemia no ha podido continuar». Este curso, por ejemplo, las bajas de alumnos han sido mayores que en años precedentes. Fernández recuerda que los estudiantes del Conservatorio tienen que compatibilizar el estudio musical con la formación en el instituto.

Falta de cauces. Mucho más combativo se muestra el director del Coro de Cámara Oretania y la Coral Polifónica de Ciudad Real, Daniel Báñez, quien señala que en la región «faltan cauces de apoyo público a la música y a la cultura, en general, que no sean empresas privadas».

En este sentido, recuerda que cuando Oretania intervino en la Competición Internacional de Coro de Tokio, donde obtuvo dos medallas de oro, el pasado verano, lo hizo sin ningún tipo de respaldo internacional. En este sentido, apunta que la limitación de recursos, «hace que no nos podamos plantear objetivos de cierto nivel».

Báñez entiende que formar una orquesta pública es una de las cosas que falta en la región, aunque existen otras privadas, incluso de creciente creación, «con una calidad más que digna», valora.