El Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel tiene alrededor de unas 125 hectáreas inundadas de las más de 1.700 que conforman su superficie encharcable, según informaron fuentes de la Consejería de Desarrollo Sostenible.Una cifra muy similar a septiembre, mes en el que tenía más de 130. 

La falta de lluvias registrada en los últimos seis años, unida a la sobreexplotación por la agricultura del acuífero 23 que abarca 5.000 kilómetros cuadrados, y del que depende el humedal, había llevado a una situación crítica a este importante humedal, que el pasado mes de agosto tenía menos de 60 hectáras encharcadas. 

Con el objetivo de llegar  a las 300 hectáreas encharcadas para evitar las turbas, se aprobó el trasvase Tajo-Segura de tres hectómetros cúbicos que concluyó a finales de septiembre, y que dio paso a un segundo de otros tres hectómetros cúbicos que comenzó en octubre. Aun así, aunque esta aportación de agua, que llega a través de la Tubería Manchega, es un  balón de oxígeno para el parque, no se deja de mirar al cielo, ya que el problema del Parque Nacional de Las Tablas «no se soluciona únicamente con este trasvase puntual y extraordinario», como así reconoció el director general del Medio Natural, Félix Romero, en una de las últimas entrevistas concedidas a La Tribuna. 

En relación a la retirada de sedimentos en la Isla del Pan, las mismas fuentes señalaron que finalizó el 25 de octubre, aunque «continuamos retirando sedimentos y esperamos que para el 25 de noviembre esta acción esté terminada», argumentaron para recordar que se sigue trabajando en la mejora de la infraestructura de madera del itinerario del parque.