De la operación retorno al síndrome posvacacional

Agencias
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El fin del descanso estival coincide con un regreso generalizado a casa que suele traer largos atascos y unos días en los que adaptarse a la rutina puede acarrear complicaciones

De la operación retorno al síndrome posvacacional - Foto: Imagen de Rudy and Peter Skitterians en Pixabay

A las puertas de los hoteles, en las estaciones de bus y tren, en los aeropuertos... Todos estos enclaves tenían ayer una cosa en común: las caras de tristeza porque las vacaciones han tocado su fin. La operación retorno de este verano, que se inició el pasado viernes, pero tuvo ayer su día álgido, esperaba mover a 4,9 millones de españoles solo contando con las previsiones de Tráfico, por lo que habría que sumar un buen puñado más de ciudadanos que se mueven a través de otros medios de transporte. No se puede obviar que este ha sido el primer verano después de los dos duros años de la pandemia de la COVID-19 y son pocos los que han optado por quedarse en casa en este caluroso agosto.

La jornada de ayer transcurrió sin graves incidencias más allá de atascos generalizados en las principales carreteras del país, en muchos casos complicados por las condiciones climáticas. 

Una vez en casa, deshechas las maletas y con el despertador a punto para que suene cada mañana, empieza el ritmo de la rutina a la que muchos les cuesta iniciar. De ahí que pueda surgir el llamado síndrome postvacacional, que puede ir acompañado por cambios comportamentales y emocionales como cansancio, desmotivación, ansiedad, alteraciones del estado de ánimo, falta de concentración, descenso del rendimiento, sudoración y, en definitiva, malestar general. Según un estudio realizado por la Sociedad Española de Medicina y Familia Comunitaria, el síndrome postvacacional afecta especialmente a personas jóvenes, menores de 45 años, y suele durar entre 10 y 15 días. En caso de no desaparecer los síntomas transcurrido ese tiempo, se debe valorar la visita a un especialista.

«Los trabajadores que están más expuestos a sufrir este síndrome son aquellos que lidian peor con la frustración, disfrutan de unas vacaciones más largas, trabajan en un entorno en el que ambiente y las condiciones laborales no son favorables, no están contentos con su trabajo, se sienten minusvalorados o no tienen buena relación con su jefe», explica la psicóloga de Sanitas, Andrea Trujillo.

Uno de los aspectos que más preocupa a las familias a la hora de enfrentarse a este aterrizaje forzoso después del descanso estiva en la vuelta a las aulas. Este año, a la planificación habitual hay que sumar los altos precios tanto del material escolar como de los libros, el comedor, o las actividades extracurriculares que a las que se apuntan a los niños.

Así lo confirma la presidenta de la Confederación de Padres de Alumnos, Begoña Ladrón de Guevara, que apunta que «preparar el presupuesto familiar de esta vuelta al cole no es fácil», ya que «todo ha subido», lo que puede derivar en más estrés.