Con el precio disparado de los cereales, que sirven de pienso para los animales, y la subida que han experimentado otras materias primas como la energía, ya ha habido ganaderías que han tenido que abandonar la actividad. El aumento de los gastos está terminando de asfixiar a un sector que ha estado en la cuerda floja en muchas ocasiones y ahora atraviesa por uno de sus peores momentos, aunque mitigado en parte por el precio que se paga actualmente por la leche y la carne.
«Los buenos precios están amortiguando el desastre, pero aunque son más caros, no se llega a cubrir el 100% de la subida de los costes», explicó a este diario el director técnico del Consejo Regulador la Indicación Geográfica Protegida (IGP) Cordero Manchego, Francisco Alfaro, sobre la situación que atraviesa la ganadería debido a ese sobrecoste. De hecho, se teme que el abandono pueda ir a más en los próximos meses, con «entre 15 y 20 ganaderías más» que echen el cierre en la zona de influencia de la IGP, que en la provincia de Ciudad Real abarca las comarcas de La Mancha, Campo de Calatrava y Campo de Montiel, si bien también se extiende por comarcas de Albacete, Cuenca y, en menor medida, de Toledo.
Estas bajas se sumarán a la merma del censo de ganaderías que ya ha venido registrando en los últimos años la IGP y que Alfaro cifró en hasta un 30% desde el año 2016. Han pasado de 329 en dicho año a 273 al cierre del pasado 2021. Detrás de esta realidad -dijo- está en muchas ocasiones la falta de relevo generacional, aunque también hay que buscar los motivos en el sobrecoste de los precios y las dificultades para hacerles frente.
La cosecha de cereal que se espera para este año tampoco ayudará. La ola de calor registrada el pasado fin de semana ha afectado al cultivo y ha rebajado las previsiones, por lo que desde Asaja Ciudad Real se alertaba ayer de las consecuencias que tendrá para la ganadería, que soportan unos precios «históricos» del cereal. «La alfalfa está a 300 euros la tonelada», exclama José Luis Pérez, ganadero de Carrión y representante de Asaja, al tiempo que no deja de expresar su asombro porque se hayan cerrado operaciones de compra «a 500 euros la tonelada de cebada». «Los precios de nuestros productos tenían que estar más altos para cubrir eso, pero qué consumidor podría pagarlos. O cambia esto pronto o vamos a pasar hambre», vaticina.
Más al matadero. La situación está haciendo que haya más ganaderos que opten por llevar a sus animales al matadero, en unos casos porque buscan abandonar la actividad y en otros movidos por el mayor precio que se paga por la carne para el matadero, detalló Alfaro en referencia a que si bien hace unos años apenas se pagaba por esta carne, ahora el precio es más alto. Del mismo modo, detalló que los están abandonando la explotación son el mayor medida los que se dedican solo a la carne, dado que los que también distribuyen leche pueden tratar de equilibrar algo más los gastos, aunque ganaderos como José Luis Pérez señalan la situación insostenible que ya viven.