Isabel Rodríguez ha nacido para la política. Natural de la pequeña localidad de Abenójar, siente su profesión con la normalidad de saber que tarde o temprano alcanzaría un puesto de responsabilidad acorde a su vocación. Ser portavoz de uno de los principales estados de la Unión Europea no es cualquier cosa y tampoco es fruto de la casualidad. Por más que algunos vieran su nombramiento como un 'dedazo' -que lo es tanto en cuanto es decisión del presidente del Gobierno- son cargos a los que hay que estar a la altura. Y Rodríguez ha demostrado de momento que lo está. En la previa de la entrevista concedida a Las Tribunas, la actual portavoz y ministra de Política Territorial reconocía el legado y la herencia que políticos referentes de la provincia le habían inculcado durante su joven pero dilatada trayectoria. Contó cómo después de su primer mitin, el ciudadrealeño Manuel Marín -quien fuera uno de los hacedores de la entrada de España en las entonces Comunidades Europeas, vicepresidente de la Comisión Europea y presidente del Congreso de los Diputados- le hizo subirse de nuevo al escenario para en una sala ya vacía corregir la puesta en escena y repetir el discurso bajo las directrices de Marín. Y, desde entonces, 'Isabelita' no ha parado de crecer. Fue la senadora más joven con 22 años, portavoz de la Junta de Castilla-La Mancha en la presidencia de José María Barreda, diputada en Cortes y después alcaldesa de Puertollano. Ni siquiera el apoyo a Susana Díaz en la batalla de Ferraz, ni su apuesta por Patxi López o su referente Madina le han impedido retomar la confianza con el actual presidente del Gobierno. «Isabel no tiene techo. Puede alcanzar cualquier propósito político que quiera», repite una y otra vez su gran valedor en la provincia, 'Josele' Caballero. 
Desde hace más de cien años, Ciudad Real ha estado huérfana en el Consejo de Ministros. Coincidencia o no, la provincia ha estado al margen de las grandes decisiones del país. A excepción de infraestructuras como la construcción de la primera línea de la alta velocidad a su paso por Ciudad Real y Puertollano, Ciudad Real en sus distintos gobiernos ha contado poco. Su escaso peso industrial, económico y social, tampoco ayuda. Es verdad que tener una ministra en el Gobierno no garantiza nada pero creo sinceramente que puede facilitar una interlocución que nunca se ha tenido. Además, Rodríguez es de esas personas, antes que política, que se enorgullece de sus raíces y tiene la virtud de reconocerse en cualquier manchego que se encuentra allá donde va. Sin aspavientos pero con la humildad de poder ayudar a su tierra. Porque en definitiva eso es lo que piden los ciudadanos a sus representantes, y más en una política cada vez más polarizada por los intereses territoriales. No sería nada egoísta que la portavoz del Gobierno luche por una provincia a la que se le debe en lo más urgente una autovía, a la que Rodríguez pone toda su confianza en que más pronto que tarde se ejecutará. Pero para ello habrá que ayudarla a todos los niveles: políticos, administrativos, mediáticos y sociales. Nos va el futuro en ello.